EPISTOLA PARA EL APOSTOL SAN JUAN

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA

(In Memoriam)

 

Verbo del silencio; verbo del corazón que se contempla a sí mismo y sabe que es el eco del sueño del Señor: el hombre.

Se pregunta David el arquitecto de los salmos: ¿Qué tiene el hombre para que TU vengas por él?

Tiene angustia, David. La angustia que es lágrima y sangre; la angustia con alas, cuando es plegaria; la angustia que es desesperación cuando no te ve, ni te siente, ni te intuye; la angustia del vacío, cuando la tierra se va de su sitio y los pies en derrota tartamudean y no tienen donde plantarse.

El hombre es el ser más parecido a los ángeles. ¿Puede un ángel iluminado por la contemplación del Padre, puede alguna vez padecer angustia?