ODA A LA ALEGRÍA

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA

(In Memoriam)

 

Flores Magón Ricardo: único héroe a la altura del pueblo, único héroe a la altura del sueño, mientras viva en la tierra un soñador habrá esperanza.

 

Por eso construimos alegrías, arquitectos de flores y canciones, hacedores de risas y de danzas,

albañiles de estrellas armoniosas.

 

Hermanos, ¡Aleluya!

Para el reparto agrario de la dicha ofrezco el corazón. Que también los hermanos den el suyo. Regalemos un beso, un sueño, una flor para que en la casa de todos florezca la alegría.

 

Queremos una patria en donde no haya harapos, en donde las crisálidas miren crecer sus alas.

En donde los fusiles retoñen ramas de olivo.

Patria en donde las guerras sean palabras vacías;  patria en donde el amor ha vencido a la muerte.

 

No queremos sueños con los ojos cerrados. Queremos realidades con los ojos abiertos.

Hay que enseñar al hombre a ser estrella y flor y canto y mano que acaricia y lengua que perdona.

 

Será la patria de los hombres libres, será la patria del trigal. El pan en los jardines

perfumará horizontes. Santo olor del crepúsculo repartido a los pobres y al viajero.

 

Ya sabemos que esto sólo es un sueño, pero tú Ricardo lo dijiste: el sueño es un obrero

que con sus recias manos endereza la calle, que conduce a la casa, la casa, la gran casa,

donde un letrero advierte: Aquí no hay puertas, ni los balcones cerrarán los ojos,

estarán vigilantes, del hermano que pasa.

 

Hermanos, mis hermanos, hoy es un día de júbilo creador

de sueños y esperanzas.

 

¡Aleluya! ¡Aleluya! Porque mañana, el mañana que viene,

¡el hombre será libre, hermosamente libre!

 

Único héroe a la altura del pueblo Ricardo, lo dijiste:

Mientras viva en la tierra un soñador habrá esperanza.