RUMBO A XALAPA 

*Viajar es como flirtear con la vida. Camelot.

 

RUMBO A XALAPA

 

A Xalapa solo se iba, decía un político picudo, o de estudiante o de gobernador. Era una máxima del tiempo de los dinosaurios, donde muchos de ellos llegaron a sentarse en esa silla poderosa, aunque Napoleón decía que esa silla era solo ‘un taburete forrado de seda’. Mañana de media semana, cuando lidio con la mugre autopista de Capufe (siempre les mando su comercial), donde los atascos se subliman. Es la mañana que se anuncia que algunos alcaldes electos, pueblerinos todos, chaquetearon y se van con Morena y Cuitláhuac, a ver si les llega más lana. La mañana que, entrando a Xalapa, la distingo porque tiene dos símbolos, la Torre Animas del gran empresario Manolo Fernández, y la escultura de la Araucaria, hecha por el escultor Sebastián y mandada a hacer por el gobernador Fidel Herrera Beltrán. Paso el puente bajo porque voy a ver al dentista de Hollywood, Javier Francisco Zamudio. De allí a dar un rol por los libros, en el Sanborns de Slim encontré “Tongolele no sabía bailar”, del gran escritor nicaragüense, Sergio Ramírez, Premio Cervantes y Premio Alfaguara, exiliado ahora en España, por la persecución implacable del dictador Daniel Ortega, que lo quiere en la cárcel, como tiene a todos los opositores. Al cómpralo le escribí por tuiter que había adquirido su gran libro y me dio las gracias. Un escritor talentosísimo, en lo que espero el tiempo de la comida, donde el magistrado expresidente del Tribunal Superior de Justicia en Veracruz, Alberto Sosa Hernández, un hombre de leyes y talentoso, con quien comparto libros y anécdotas de la lectura, nos había referenciado un lugar llamado La Perla Oyster Bar, donde se comen muy ricos los mariscos al estilo del Pacifico. En la Plaza Tejar, mismo sitio donde la poli macuarra de Xalapa detuvo a los seis estudiantes y les aplicó la Ley de Herodes, conocida también como ‘Ultrajes a la autoridad’. Allí llegamos y nos atendió el manager Víctor Mondragón. Esa misma tarde trascendía que la esperanza de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil,  una ciudad que ha estado salada porque, tiene un mal presidente de Morena, que ya se va, un tal Hipólito y, aunque tiene al gobernador, está para llorar, es tanta su mala suerte que ahora hasta se inunda, cuando su orografía la tiene difícil de inundar. Pero dicen los que aman y veneran a Ricardo Ahued Bardahuil, que la va a poner como Nueva York, con todo y su Quinta Avenida, porque él sabe que, si gobierna bien, solamente va a tener que atravesarse para poder ser gobernador de Veracruz, eso si antes lo dejan las tribus de Morena, donde se incluyen a Rocío Nahle y al Checo que no es Pérez, Checo Gutiérrez, que ya anunció que va por ella con todo, como Monreal. Aseguran que Ahued va a componer el tráfico del centro de la ciudad, donde ya es imposible entrar con vehículos. Y que pondrá parquímetros en el centro histórico, eso está bien siempre y cuando los parquímetros los opere el municipio, porque si los dan en concesión, ya huele a mochada y contubernio. En Orizaba funcionan muy bien operados por el municipio, y sé que entran casi un millón de pesos al mes. Tiene una ventaja, en la antigüedad, los que tenemos comercios u oficinas en el centro, nos apoderábamos de esos sitios y no permitíamos que llegaran los clientes, ahora ya rolan más porque es de paga.

 

ALCALDES CHAQUETEROS

 

Trascendió que alcaldes pueblerinos de otros partidos se iban a cuadrar con el gobernador, con la esperanza que les llegue más lana (ajá) para sus raquíticos municipios. A 15 días de que tomen posesión, algunos ya filtran a sus gabinetes, incluidos regidores y síndicos y colados, los aviadores no aparecen en esas listas. Comida opípara con Lila de Arce, Joaquín Barragán, Gonzalo Lara, donde escudriñamos el país. Luego tomar la carretera de vuelta porque ahora, con el horario nuevo, anochece muy temprano y en la noche todos los gatos son pardos. Todavía me dio tiempo de ir por unas garnachas a Rinconada, la capital mundial de la garnacha. Unas para llevar a los recalentados al otro día. Y allí oyendo a Pepe Cárdenas en Radio Fórmula, nos enteramos que un juez ya ordenó liberar a esos seis estudiantes que la tercia que gobierna, incluida la fiscala carnala, no querían soltar con todo y que Monreal llegó a pedir que los liberaran, porque los habían detenido con arbitrariedades, como lo demostró esa mismo noche Azucena con Milenio, donde esa comentarista, que tiene un buen noticiero nocturno, mostró los videos de plaza Tejar donde a los jóvenes los esposan solo porque les dio la gana, con la ley de la selva, y la Comisión de Derechos Humanos, bien gracias, a servirle al patrón que los tiene bien controlados, ni la boca abren. Ahora Ricardo Monreal se levantó con el triunfo y eso abre una luz con el otro detenido, Rogelio Franco Castán, aunque a Rogelio ya le inventaron otro delito, y es difícil que lo liberen, como a Tito, Tito capotito. Pero esas son otras historias.

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