POR: JOSÉ MUÑOZ COTA
(In Memoriam)
Aquí te entrego mi testamento. No es mucho lo que dejo: Mi colección de luces apagadas, las mariposas clavadas del recuerdo; el rostro de los días enfermos, y mi amor.
También guardé crepúsculos en íntimo recodo; y qué dices de mi alcancía de palabras. Te ruego que recojas, con paciencia la oración que no dije y mis sueños polvosos y marchitos…
Aquí en el testamento, mis vacíos y también mi corazón.
Es todo. Más me hubiera valido regalarte silencios y con ellos, un silencio en forma de canción.
Tú lo sabes: mi herencia es de sueños, de ilusiones…
¡Nadie diga que te dejo con las manos vacías!