EL GRAN PREMIO A KRAUZE 

*De las persecuciones, líbranos, Señor. Camelot. 

 

EL GRAN PREMIO A KRAUZE

 

El escritor Enrique Krauze ha sido galardonado con el III Premio de Historia de Órdenes Españolas, un premio que seguro dio escozor y rabia en las mañaneras, y quizá hasta diarrea crónica. Bien merecido, Krauze, desde la época de Octavio Paz, quien fue su maestro y fundador de Letras Libres, es un pensador liberal mexicano, atacado mucho por el presidente AMLO, pero reconocido por las letras hispanas. Ese premio de 71 mil dólares, seguro le cae bien a su cartera intelectual.

 

LIBERADOS

 

Después que les aplicaron la Ley Franco, conocida también como Ley del Garrote o Ley de Herodes, unos jóvenes de Orizaba, que habían sido levantados por la policía estatal en negocio orizabeño de tatuajes, un Juez les otorgó la libertad. Habrá pensado ese juez en esa jalada de la Ley Franco. Veracruz anda muy inquieto en la persecución de candidatos de otros partidos, ahora la traen con el PRD, pero los vientos soplan muy feos en direcciones contrarias. En las notas nacionales, ayer la nota fuerte del noticiero de Ciro Gómez Leyva exhibió el secuestro por policías de Gregorio Gómez Martínez, de Tihuatlán, Veracruz, un perredista que iba o va para la candidatura de la alcaldía de ese pueblo. El levantón fue filmado por cámaras de la ciudad y se volvió un escándalo. 4 fueron los jóvenes orizabeños liberados en La Toma, y 3 siguen detenidos. El famoso ‘ultraje a la autoridad’, es una persecución política y se asemeja a los tiempos de la Gestapo, cuando Hitler y los Nazis hacían lo que querían. Pero como bien me lo dijo un político de los antiguos: Los carniceros de hoy serán las reses del mañana. Veremos.

 

EL CORREO DE MANOLO

 

Manolo Fernández Ávila Camacho, empresario cafetalero y expresidente municipal de Xalapa, envió un correo donde apenas hablé del exgobernador Agustín Acosta Lagunes, que merecía un reconocimiento por su labor sexenal. Manolo me deja ver, que también se lo merecen Rafael Hernández Ochoa, Patricio Chirinos Calero y Fernando Gutiérrez Barrios, gobernadores que algo le aportaron a Veracruz en sus tiempos, Gutiérrez Barrios por solo dos años, cuando Salinas lo mandó a servir a la patria desde la secretaría de Gobernación. De Rafael Hernández Ochoa, tengo pocas referencias, llegó cuando Echeverría bajó del caballo al otro candidato y de la secretaría del Trabajo llegó al gobierno de Veracruz. Fue impulsor de camadas de políticos jóvenes, entre ellos Miguel Ángel Yunes Linares y Fidel Herrera Beltrán, ambos ocuparon el sitio de su jefe. Entregó el gobierno a Acosta Lagunes. De Patricio Chirinos Calero (Pánuco, Veracruz, 27 de julio de 1937), fue un gobernador austero, muchos le critican que poco hizo por Veracruz, pero lo mantuvo en calma con aquella tripleta que colaboraba con él: Miguel Ángel Yunes Linares, en la posición dos; Enrique Ampudia Mello y Juan Herrera Marín, formando la tripleta del Barcelona, una defensiva donde no pasaba ni el aire, al irse para nunca más regresar a la política y guardar respetuoso y sepulcral silencio, dejó una buena lana en las arcas del gobierno. Amigo personal y escritor de algunos discursos del presidente Carlos Salinas. De Fernando Gutiérrez Barrios, he escrito algunas veces de él, fue un gobernador querido por los veracruzanos, pese a estar solo dos años en el gobierno, que le dejó a su pupilo Dante Delgado Rannauro. Un recordado y buen gobernador, al llegar al gobierno de Veracruz, los malosos se exiliaron solitos, la mano de Gutiérrez Barrios era pesada, cuando quería, pero amistosa, cuando se lo merecían. Dejó buena camada de políticos, Manolo Fernández Ávila Camacho fue buen alcalde jalapeño.

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