CARTA PARA EL ANGEL DE MI GUARDA

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA

(In Memoriam)

Cuando voy al espejo a desearme buenas noches, te busco, pero no te encuentro. No me sorprende tu ausencia. Tantos años has padecido mis impertinencias de Diablo Cojuelo.

Yo sigo caído en el pozo, sin escapar del todo de la duda.

La clave es ésta: estoy lejos o cerca de ti. No es imaginable el matrimonio del cielo y del infierno. Cuando el infierno busque al cielo, hijo pródigo con las estrellas remendadas, vendrá el perdón y ya todo será cielo, porque Dios es amor y en su misericordia infinita no podría esconderse tras una migaja del ejercicio del castigo.