En Premier League, la mitad de los equipos (10 de 20) cuentan con empresas de apuestas deportivas como principales patrocinadores de sus camisetas
Fréderic Happe / AFP
Con la suspensión de las competiciones deportivas debido a la crisis del coronavirus, la industria británica de las apuestas ha sufrido un duro golpe. Su falta de actividad puede también repercutir en los clubes, debido a su creciente y polémico papel como patrocinadores.
Pero ahora vive amenazado: Sin fútbol ni deporte en directo los ingresos caen en picada.
En 2018, el producto bruto de los juegos (PBJ) -sumas apostadas por los jugadores menos lo que recibieron en ganancias- alcanzó 14 mil 400 millones de libras, frente a ocho mil 400 millones de 2011.
En medio de actividades variadas -casinos en línea, lotería nacional, rasca y gana, casinos reales y bingos-, las apuestas, deportivas o no, son la gallina de los huevos de oro, con cinco mil 200 millones de libras de PBJ el año pasado, mil 500 millones de libras procedentes del fútbol.
La casa William Hill, con 53 por ciento del negocio procedente de las apuestas deportivas, anuló el pago de su dividendo y estima en 110 millones de libras el posible impacto de la crisis sanitaria en sus beneficios.