En su prurito por quedar bien con quien lo nombró y sostiene como estratega contra la pandemia del Covid-19, el doctor Hugo López Gatell declaró el martes 17 de la semana pasada: “… a nivel nacional empieza a verse una reducción de casos de Covid-19 comparado “… cuando esta tendencia se establezca, lo cual seguramente ocurrirá en los próximos 15 días, estaremos viendo ya el declive de la tercera ola, seguramente rumbo a la estabilización” (subliminalmente: hacia la reapertura de clases presenciales). No obstante, la realidad lo desmiente con la frialdad característica de los números: aquel martes 17, se registraron 877 nuevas muertes por el coronavirus, fue la cifra más alta de la tercera ola del Covid-19 para sumar 249 mil 529 decesos. Ocho días después, ayer martes 24 de agosto, las defunciones ascendieron a 254 mil 466, esto es, 940 fallecimientos más respecto del lunes ¿cuál reducción de casos? Además, ayer se registraron 18 mil 262 nuevos contagios, que hacen gran diferencia con los 14 mil 814 contagios del martes 17 de la semana anterior. En una semana el Covid-19 enlutó 4 mil 937 familias, si bien esos números son fríos, expresan el dolor de miles de mexicanos en un ambiente nacional donde se privilegian el pleito y los rencores políticos, mientras la sociedad padece al Covid-19 y la embestida delincuencial sin límites. Como decía la leyenda “¿ahora quién podrá defendernos?”
