Los amagos de Yunes

En octubre de 2016, Miguel Ángel Yunes Linares acusó “al régimen corrupto” de intentar impedirle tomar posesión como gobernador.

Eso fue en diciembre de ese año, y si eso pasaba amagó con dar a conocer información “que cimbrará a México”, reunida en tres copias de discos duros guardadas en cajas de seguridad, bajo posesión de personas de su absoluta confianza. No pasó nada y llegó al cargo sin que se hubiera presentado algún atentado contra él o su familia ni se orquestara denuncia penal alguna para procesarlo. Después, no cumplió en dar a conocer esas pruebas incriminatorias, probablemente contra el presidente de ese momento, Enrique Peña Nieto y contra el gobernador Javier Duarte, como había ofrecido hacerlo. Gobernó sin sobresaltos, con un aliado en la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, su compadre, por quien atacó al candidato presidencial puntero en ese entonces, Andrés Manuel López Obrador, con el propósito de descarrilarlo, en lo cual fracasó, como también le sucedió en su afán de heredar la silla de la principal oficina de Palacio de Gobierno a su hijo Miguel Ángel Jr., y muy a su pesar tuvo que entregar el poder a Cuitláhuac García Jiménez. Los amagos le han dado resultados a Yunes, por ejemplo, con los que sirvieron como funcionarios del primer círculo en el gobierno de Duarte, a quienes obligó a entregar dinero y bienes, sobre cuál no se sabe cuántos millones fueron ni cuáles propiedades a qué nombre quedaron. Es la sospecha de ese ‘modus operandi’ en otra crisis política por la que atraviesa el ex mandatario veracruzano; el uso del mismo método para mantener a raya a sus enemigos. Puede decirse que, salvo impedir que continúe la construcción de la Torre Centro, cuya propiedad se liga a dicha familia, sigue sin saberse qué pasó con esa denuncia en su contra, o las que se anunciaron contra sus hijos Fernando y Miguel por falsificación de documentos. Del ex gobernador nada se sabe desde que la Fiscalía General de la República reabrió una carpeta de investigación respecto a un probable ilícito cuando fue director general del ISSSTE en tiempos del gobierno de Felipe Calderón. Ese repliegue contrasta con la abierta actividad de su hijo mayor para impulsar a un integrante de su grupo, el ex alcalde de Tierra Blanca, Tito Delfín Cano, para la dirigencia estatal del PAN, disputando ese cargo a la facción de Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, actual presidente de ese partido que no entregó buenas cuentas en la pasada elección intermedia, y cuyo control marcará el rumbo que tomará la próxima candidatura a la gubernatura de Veracruz que, aparte de los Yunes, también pretende el actual senador Julen Rementería del Puerto. ¿Tiene Yunes pruebas incriminatorias que impidan a las autoridades federales y del estado actuar en su contra o de sus hijos? Podría tratarse de cualquier cosa importante mediáticamente, como han sido esos videos de los hermanos del Presidente de la República recibiendo dinero aparentemente ilegal, que echa por tierra su discurso de honestidad a toda prueba. Habrá que esperar, sin especulaciones, para saber si hay razones poderosas para dejar las cosas en paz. Escriba a opedro2006@gmail.com