Por: José Muñoz Cota
(In Memoriam)
No sé, Señor, cómo iniciar un diálogo.
¿Si estás dentro de mí, debo hablar conmigo mismo?
Tú eres todas las cosas, la nube, el árbol,
el río y la montaña.
Estás en mi palabra y estás en mi silencio…
Además, ignoro tu lenguaje,
¿Hablas como los ángeles? o como cualquier hombre…
No sé si eres ruido o silencio
porque entonces mi silencio sería
el diálogo perfecto.