La lucha por la alcaldía tuxpeña refleja la intensa confrontación entre las fuerzas políticas en pugna, la estrategia implementada desde el poder para ganar cotos de poder territorial a como dé lugar y el uso de recursos legales para menguar al adversario. Esa circunstancia es incuestionable: El Verde Ecologista, satélite de Morena, postuló a la alcaldía a Alberto Silva Ramos, el ex diputado federal a quien el ex fiscal Winckler le abriera carpeta de investigación por desvío millonario del recurso público; Morena, candidatea a Manuel Pozos y el PAN a José Mancha. Singularmente, mientras a Silva la justicia no lo molesta, a Mancha se le mantiene bajo fuerte presión judicial, obligado a tramitar amparos. Nadie metería las manos al fuego en uno u otro caso, porque donde le rasquen brota el pus, sin embargo, reflejan con meridiana claridad la dudosa calidad moral de una clase política ávida por seguir lucrando en el servicio público haciendo honor al ejercicio patrimonialista del poder.
