El proceso electoral de 2021 concluye en junio y la consulta para enjuiciar a actores políticos iniciaría el 1 de agosto, es decir, en apariencia esta última no podrá interferir en aquella, pero para cuando esto ocurra perderá importancia porque está diseñada no para obtener un veredicto histórico sino para menguar electoralmente a la oposición política y retarle capacidad competitiva ante el elector. Si MORENA obtiene mayoría en la Cámara de diputados ya poco importará el resultado de la consulta pues podrá sin mayores obstáculos seguir demoliendo la estructura normativa del viejo régimen; en cambio, si MORENA no alcanza la mayoría sumando votos de sus partidos adláteres en esa Cámara, entonces, al alterarse la relación de fuerzas políticas, cambiarían las estrategias obligando al gobierno a negociar con las fuerzas opositoras. Pero, para que esto último ocurra no hay señales en la realidad objetiva.