DIA 7 DOÑA MANOLITA (LOTERIA)

No existen tierras extrañas. Es el viajero el único que es extraño. Camelot.

 

DIA 7 DOÑA MANOLITA (LOTERIA)

 

Uno busca su historia en Google. Ella se llama Manolita, y es la más afortunada mujer de la lotería de España. Fue una hija de un maestro de obras y en 1904 con 25 años abrió su primer estanco en Madrid. Era el puesto número 67, lo que ella no sabía es que se convertiría en El templo de la diosa fortuna. Y una figura icónica. Cuenta la leyenda que doña Manolita fue a ver a la Virgen del Pilar hasta Zaragoza para bendecir unos decimos (cachitos) y cuando llegó el sorteo de Navidad salieron premiados. En 1931 abrió su negocio en La Gran Vía. Su local sufrió merma por los bombardeos de la Guerra Civil, entonces se vino aquí, en 2011, cerquita del hotel donde me hospedo, la madrileña calle de El Carmen. Desde ahí ha repartido el Gordo, segundos y terceros premios y tres quintos premios, que son millonarios. Nadie quiere más billetes que de los de doña Manolita. Ella desde el cielo ve que dejó un legado de gente que cree en su suerte, porque las colas son de cuadras y alrededor, como rémoras, hay gente que vende en la calle al grito de son de Manolita. Las colas se ven como de sucursal bancaria, hay tres taquillas como de bancos, es el 22 de diciembre el sorteo y es multimillonario, por un cachito de 20 euros te ganas 400 mil, de los cuales 72 mil son de impuestos. Mucha gente del extranjero llega a comprar. Algún día compré uno y me saqué cien euros y se cobran vía los bancos. Ahora llevo otro cachito de 20 euros de doña Manolita, pero sin hacer cola, espero venir por el Premio Mayor, aunque sea un cachito

 

EN CHICOTE UN AGASAJO POSTINERO

 

Llegué al Bar Chicote, ahora convertido en Museo. Parece un lupanar, está todo en rojo, como antro. A su entrada, uno comienza a ver a los personajes enmarcados del mundo que han visitado ese sitio. El mesero, camarero le llaman aquí, me dijo que comenzaban a servir por la tarde noche, aunque se podía uno tomar un pegue. Entré a ver la galería, le dije este es el lugar que Agustín Lara hizo famoso con aquello de “En Chicote un agasajo postinero, con la crema de la intelectualidad”, me dijo que no, que quien lo hizo famoso fue el dueño, Pedro Perico Chicote, contertulio de los más altos círculos políticos y sociales. Uno de los hombres que forjaron la historia de Madrid. Cuyo Museo de bebidas le dio fama mundial, solterón empedernido. Empleado del hotel Ritz de barman, de allí brincó a abrir su propio local en 1931. Personajes desfilaron, La Pasionaria solo bebía café con leche, José Antonio cataba el mejor Jeréz, y Ortega y Gasset se le iba en los puros chismes. Debe haber algún libro por ahí, intentaré buscarlo. A Fleming le regaló una botella de su Museo, Sophia Loren le pidió una y no se la dio el muy marro, y con Gregory Peck se rompió una por el tumulto de sus admiradoras. Reyes, emperadores, golfos caídos en desgracia, príncipes, todos desfilaron por Chicote. Artistas, no faltó ninguno, Liz Taylor, Joan Crawford, Sofía Loren, Gina Lollobrigida, Bette Davis, Laurence Olivier, Vittorio de Sica, Quien más le pegaba al alcohol era Hemingway, y Aristóteles Onassis quiso llevarse su colección del botellas por 30 millones de pesetas a su isla. Allí tuvieron un altercado Sinatra y Ava Gardner, y la anécdota más sabrosa la contaba Chicote, Un día entró un cura a pedir un vaso de leche, un camarero le dijo que no se vendía leche. Momento, lo detuvo don Pedro, y le sirvió en una coctelera más de medio vaso de leche, con discretos añadidos de coñac y marrasquino, y cuando el padre le pegó el primer sorbo, dijo asombrado: “¡Dios mío!, ¡Bendita Vaca!”.

LOS CHURROS SAN GINES

 

En ese inter tuve que visitar otro que es leyenda, este es una churrería y chocolatería, San Ginés, que tiene desde 1894 vendiendo chocolates con churros en un pasadizo cerrado y que ahora se han visto obligados a trabajar las 24 horas, de jueves en adelante. Hice mi cola pero estaba lleno, entonces solo me formé y compré unos cinco para el camino. Es el sitio favorito de Othón González y siempre me dice ve a San Ginés. Afuerita hay una librería donde hace unos años compré unos libros viejos, como esos que ponen en La Habana, en Cuba, para que encuentres grandes libros antiguos. Y caminamos un poco más hasta llegar al hotel Europa, donde al pie están mesas de cafetería y allí me aplasto viendo pasar la gente y el tiempo y viendo algo para contar la historia de estas crónicas