NOCHEBUENA 24 Y VISPERA FIN DE AÑO 

Que la Navidad te devuelva las ilusiones de la infancia, los placeres de la juventud y la tranquilidad del hogar. Camelot. 

 

NOCHEBUENA 24 Y VISPERA FIN DE AÑO 

 

No hay noticias, leo a una tuitera, pues es cierto, hasta los malos le bajan un poco a los crímenes, todos andan de vacaciones, los columnistas picudos salen y regresan el 6 o 9. Los periódicos pujan por buscar las noticias. La única que brotó fuerte fue la magistrada cachirul, una pirata con parche, que se fusiló su Tesis y ahora aspira, por la gracia del tabasqueño, a ser presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el presidente, cuando no tiene defensas, las protege, dice que otros habrán hecho peores cosas, o sea, si cometió un delito, pero pequeño. Pobre país. Amanece el 24 Nochebuena, para la cena navideña en esta zona de las altas montañas con 10 grados centígrados, debió haber caído hielo y quizá algo de nieve en las faldas del volcán Pico de Orizaba, o en los pueblos aledaños, La Perla y pueblos vecinos. 

 

PARA QUE PASE UNA NOCHEBUENA 

 

Leído en periódico nacional. De Inglaterra le llegó al presidente un paquete navideño por Federal Express, donde lo nombran Tirano del año. AMLO nominado a “Tirano del 2022” junto a otros 11 gobernantes, según Index on Censorship 

El presidente de México fue considerado así por la revista británica debido a los recientes “ataques contra la libertad de prensa”. Comparte lugar junto a personajes como Vladimir Putin y Kim Jong Un. Index on Censorship es una organización internacional que defiende la libertad de expresión y edita una revista trimestral en Londres. Su ranking es parte de su campaña para concientizar sobre la represión que ejercen ciertos líderes en el mundo. Sus pelitos con Loret de Mola, con los periodistas intelectuales como Aguilar Camín o Krause, lo han llevado a ocupar el asiento junto a tiranos, como Putin y compañía.  

 

UNA DE MEDICINA HERBOLARIA O YO EL MORMADO 

 

Hay un virus que flota sobre la faz de esta tierra orizabeña. Cuál más anda enfermo de gripe, que no es la aviar ni algo parecido, pero es una maldita gripe. Yo mero cumplo hoy 9 días con ella, me llevó hasta a hacerme dos análisis, uno de Covid y otro de Influenza (influencia, le decía Tonicho en sus tiempos de poder). Salí negativo en ambas, a ratos no me deja dormir, como la rola La noche de mi mal de José Alfredo Jiménez. Víspera de Nochebuena, un amigo periodista me alcanzó el L Orbe, donde suelo tomar mi primer café, cuando me escuchó (mormado) tojodido, comenzó a darme unas recetas. Es un periodista de la vieja escuela, de aquellos que se hicieron en las cabinas de las radios o en las redacciones de periódicos yendo por los chescos, para los grandes. Luego aprendió a escribir y escribe bien, le decía en aquel tiempo que era muy corrosivo, porque sabía pegar, pero también sabia cuando detenerse. Hoy le dirían periodista tóxico. El asunto es que me dio una receta casera, tú tienes un árbol de bugambilia en casa, corta unas hojas y hazte un té con dos ajos. Cuando escuché lo de los ajos, me dije, guácala, luego huele uno horrible. Con eso se te quitará la tos y podrás dormir. Mi jardinero, que es de Versalles sucursal La Perla, procedió a cortarlas. Luego, otra amiga me dijo que comprara té de jengibre, y en esas ando, entre los medicamentos herbolarios y un antibiótico que comencé apenas ayer a tomar, pude salir a cenar el 24, cuando hacia un frio del carajo en Orizaba, de 10 grados y lloviznando. Me hice el té y me tomé dos pócimas. Ahí voy. Alguna vez en mi pueblo, lo he comentado, una madre y su hija, que era la enamorada de un abarrotero fuerte comercialmente, comenzó a darle Toloache, que le llaman la planta del amor, pero sirve para atontarlo, dejarlo como al Tata Martino cuando nomás veía los goles pasar o como la Magistrada que copió su Tesis cachirul. Aquel tenía una tienda exitosa de abarrotes, comenzó su atontamiento y ya no iba al negocio, la muchacha comenzó a hacerse cargo de él y solo le daba golpes mudos a la caja, la caja no habla, y todo era sacarle hasta que, poco tiempo después, quebraron, abandonaron la zona y dejaron al pobre hombre hundido en deudas y enfermo por las pócimas de Toloache. Estar gripiento me ha dado una ventaja, hablo poco porque mi voz ronca a ratos no se entiende y, quien me llama, le digo: “Lo siento, no te puedo contestar, ando Mormado” (agripado, constipado).