ESA PELOTA DE JONROM 

*Y apareció la Guacamaya en hackeos. Y como el son jarocho: ‘Pobrecita Guacamaya, ay, qué lástima me da. Se acabaron las pitayas, ahora sí que comerá’. Camelot. 

 

ESA PELOTA DE JONROM 

 

La pelota del histórico jonrón 61 de la temporada de Aaron Judge ya está en posesión de los Yanquis gracias a una curiosa anécdota. Durante el partido entre los neoyorquinos y los Azulejos de Toronto, Judge logró empatar la marca de 61 años de antigüedad de más cuadrangulares en una campaña de la Liga Americana de la MLB de Roger Maris. 

Dicha pelota ahora vale entre 250 mil a dos millones de dólares, según los especialistas. 

Sin embargo, no pudo ser atrapada por ningún aficionado y cayó al bullpen de los Azulejos, siendo recogida por el coach y ex lanzador, Matt Buschmann. 

En ese momento, la presentadora de Fox Sports, Sara Walsh, esposa del ex pitcher y que se encuentra batallando con el huracán Ian en Florida, tuiteó en forma de broma que ya podría retirarse: “La mala noticia es que estoy aquí en Florida luchando contra un huracán, pero la buena noticia es que puedo anunciar mi retiro”, tuiteó. 

Lo que no contaba era en la honestidad de su marido, quien decidió regresarla a los Yanquis: “Oh, genial. ¿Acaba de devolver eso sin verificar si nuestra casa todavía está aquí? A continuación, me gustaría anunciar nuestro divorcio”, escribió la presentadora. 

La historia ya es parte ahora de las anécdotas de las Grandes Ligas. 

 

MI CAMINATA SABATINA                         

 

En clima fresco de una mañanera sabatina, hago mi caminar de 1.5 kilómetros desde la zona norte para atravesar hacia el centro. En un poste vi un arreglo floral, de alguien que allí murió, un Memorial fúnebre como acostumbramos los mexicanos. Poco más adelante la calle Poniente 2, donde desde la esquina de la Alameda la gente se persigna, porque a la distancia, donde se ve Catedral, también los rezos valen y las santiguadas. Cronista de a pie (de a pata, dice Othón), de las cosas bellas de Orizaba-Pueblo Mágico. Del otro lado de esa calle el Cerro el Borrego y los autobuses de turismo, que traen a la gente por el fin de semana. A la izquierda, la majestuosa Alameda Central, llamada Francisco Gabilondo Soler (Cri-Cri), del Grillito Cantor, que esta semana (6 de octubre-1907) cumple 115 años de nacimiento, y donde en un sitio hay una estatua que donó el primer Azcárraga, Emilio Azcárraga Vidaurreta, del escultor Humberto Peraza, y camino hacia Colón, peatonal calle. 

 

LA CALLE COLON 

 

Era temprano, apenas abrían los locales de la calle Colón, los que en París serian llamados brasseries, con sus mesas a la banqueta y sus sombrillas tapa lluvia y sol, como si estuviéramos en el bulevar Saint-Germain-des-Prés. Bella calle de unas tres cuadras. Entré a un café restaurante llamado ‘Quintal’. Tiene un bello patio, como muchos de los patios de esas viejas casonas orizabeñas, con tejas y flores y plantas y la humedad que genera la lluvia. Platiqué con el mesero, me mostró la carta y me dijo atienden desde la mañana hasta la noche, alguna vez comí una pizza allí. Es buen sitio, tanto afuera como adentro. Deben visitarlo.  

Adelante encontré La Palapa de Elías, uno de mariscos, que aún no abre por ser temprano, y junto la placa de la escuela donde estudio Cri Cri, Gabilondo Soler, la historia de esta ciudad está ligada a su hijo pródigo, y otro restaurante de carnes, ‘Aborigen’, que ha tenido mucho éxito y a un lado el bello Palacio Municipal, Palacio del porfirismo que una vez fue Colegio Preparatorio y otra vez el CEO y ahora es Palacio Municipal. Enfrente una tienda de Cafiver. Buen café de la región, con sus mesas a la calle. 

 

EN EL HOTEL TRES 79 

 

Crucé la calle y entré a un bello hotel de los llamados Boutique, casi frente a Palacio Municipal, ‘Tres79’ se llama, nombre muy neoyorkino, cerca un estacionamiento público y la hermosura de esa calle peatonal. El hotel propiedad de la orizabeña familia Kuri, tiene otro bello patio central orizabeño, descubierto y lleno de árboles, había un matrimonio desayunando, alguna vez entré a sus cuartos, ahora no, están ilustrados con personajes mexicanos. Tiene cafetería, restaurantería, murales orizabeños y es un buen sitio que los turistas ocupan mucho los fines de semana, cuando esta ciudad ha detonado a ser una de las mejores del país para hacer turismo de Pueblo Mágico: segura, barata, precios de todas las necesidades en hoteles, restaurantes de todo tipo, gente amable y educada, con lugares gratis para los niños y, además, tiene un rio, un Teleférico y un trenecito santanderino. Y poquito atrás, la frondosa Alameda, la mejor del estado, como relató Hemingway en París era una fiesta: “Con tanto árbol en la ciudad, uno veía acercarse la primavera de un día para otro, hasta que después de una noche de viento cálido venía una mañana en que ya la teníamos allí”. Aquí me tocó vivir. Visítenla. 

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