EL VALOR

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA

(In Memoriam)

 

Hay que vivir cien años, mil, varias vidas,

para alcanzar la desnudez del alma,

la desnudez de la palabra.

La palabra desnuda, sin adjetivos,

sin figuras, sin adornos, tal como es,

con su raíz provinciana,

su jerarquía de tierra,

su transparencia de agua,

su movilidad de aire.

 

Hemos dicho millones de palabras,

las engendramos sin la responsabilidad

de su sonido, de su voz, de su color;

sin el compromiso de sus caminos.

¿A dónde llegarán estas palabras?

¿A quiénes curarán sus heridas

Y a quiénes van a herir sin misericordia?

 

Un adjetivo es un salvoconducto

para entrar a la historia.

Hunde o eleva, dignifica o envilece.

Pero la palabra sola,

la palabra desnuda,

devuelve a la niñez, al estado de Adán,

antes y después del Génesis.

 

Tenemos que reconciliar el corazón,

hacer las pases con el adjetivo.