Por José Muñoz Cota
(In Memoriam)
Entre, Señor, lo estamos esperando.
La ventana está abierta
y con abrazo cordial la puerta espera.
Pase, Señor Crepúsculo. La casa es suya.
Sabemos que viene usted por mí.
Alicia sabe de su llegada.
No hay sorpresas.
Podemos partir cuando usted diga.