REBELDÍA Y REVOLUCIÓN

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA

(In Memoriam)

 

 

La rebeldía acelera la evolución natural de las cosas. Si la revolución es una evolución acelerada -que dijo Reclus-, los rebeldes multiplican las rutas, edifican la universidad de las rutas bienhechoras

Cada hombre trae consigo, en su interior, una pequeña revolución por hacer. Hay quienes cumplen y quiénes no. Los rebeldes sacan el corazón y lo ponen en alto para señalar los rumbos a los desidiosos o a los conformistas.

Revolución es la etapa madura de la rebeldía, pero no necesariamente se hable de revolución violenta, exterior, la que balbucean con muertos los fusiles; sino la revolución interna, la que derriba los ídolos que en las entrañas hunden sus raíces y empequeñecen la hombría.

Nada de lo que acontece a otro hombre me puede ser indiferente.

Mi libertad corre por la misma arteria por donde corre la sangre de todos los hombres del planeta.

Mi rebeldía es una voz firme en el coro sinfónico de la rebeldía motora que transforma al cosmos y lo convierte en sitio amable para que en él habiten los hermanos.

Pero lo grandioso de la rebeldía es que no impone; más antes destruye en su esencia toda imposición; no ordena: más antes niega la arbitrariedad de las órdenes.

La rebeldía no necesita andaderas; tiene las piernas robustas y escala por su cuenta las montañas.

Rompe los dogmas, pulveriza los fanatismos, reniega de quienes se proclaman los dueños de la verdad y de la vida

Porque la rebeldía hace y deshace, a cada instante; produce y cambia los productos, está siendo, llegando a ser, pugnando por ascender a la unidad armónica con todo lo que existe.