LOS TERRIBLES FEMINICIDIOS

*Nos queremos vivas. Ni una menos. Camelot.

 

LOS TERRIBLES FEMINICIDIOS

 

Ocupa Veracruz el segundo lugar nacional en feminicidios. Donde en México cada día un promedio de 10 mujeres son asesinadas. Leo en el diario El Mundo de Orizaba un caso espeluznante. Ocurrió en Coatzacoalcos, en agosto de 2019, un novio celoso riñó con su pareja y la asesinó, no solo eso, quemó su cuerpo que casi era irreconocible y el novio criminal, emparentado con un dirigente sindicalista de Pemex, huyó para nunca más volver. El problema de los feminicidios es que ocurren y no son castigados, de 10 solo uno y por eso los rufianes delinquen y saben que nada les pasará cuando liquidan a sus parejas. Pues aquí si le pasó. El jovenzuelo criminal fue detenido ayer por ministeriales en la ciudad de Córdoba, había cambiado de fisonomía y se había dejado crecer el pelo, pero alguien alertó que allí andaba y lo detuvieron. El padre de la jovencita, llamada Silvia, pedía a gritos en las redes sociales de que no se olvidaran de su hija, y pedía que en los muros y en las redes sociales alertaran a las autoridades de que no se olvidaran de su hija amada. Nada les devolverá a la hija asesinada y quemada cruelmente, pero al menos el rufián ya cayó y crimen con justicia es algo benéfico, para que esos que matan y huyen sepan que el brazo de la ley a veces tarda, pero llega. Le esperan unos 70 años de cárcel al maldito, para que allí se pudra el resto de su vida.

 

22 DE JULIO

 

Ayer en Netflix vi una desgarradora película, 22 de julio. Una cinta de un hecho de la vida real, cuando un locochón desquiciado puso una bomba cerca del gobierno de Noruega y luego después se fue a una isla donde unos cientos de jóvenes escolares pasaban su campamento de verano y llegó a matar a 77 e hirió a 211. Un hecho que conmocionó al mundo, ocurrido en la isla de Utoya, al sur de Noruega, un agosto de 2011.  Una cinta que refleja el sentir de los locos desquiciados, de un animal que puso en jaque todo el sistema de seguridad, por la facilidad con que mató a 77 jovencitos. Véanla, se sufre en ella pero es buena cinta de Netflix.

 

AHÍ VIENE LOZOYA

 

El destino quizá los vuelva a unir. Verse los tres como se vieron en infinidad de reuniones de poderosos amigos, lo mismo petroleros que en Gstaad, Suiza, donde las Cumbres del G20 y de los picudos los convocaba a lidiar con valor, a uno como presidente (Peña Nieto), al otro como secretario de Hacienda (Luis Videgaray), y al tercero (Emilio Lozoya) como su gente de confianza que, aunque solo era director de Pemex, movía la batuta como Herbert Von Karajan, el buen director de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Los tuiters y noticieros avisan que a Emilio Ricardo Lozoya Austin (9 de diciembre de 1974, edad 45 años, Ciudad de México), la Guardia Civil española ya lo traslada desde su encarcelamiento al aeropuerto Adolfo Suarez- Barajas o a algún otro aeropuerto español. El avión de la Fuerza Aérea Mexicana ya está listo con un agente de la fiscalía General de la República, que es el encargado de traerlo a México. Viene a cantar los boleros y las rancheras. Y quizá a sacudir un poco el árbol que anda marchito, porque el presidente AMLO, entre sus pleitos con gobernadores y con intelectuales y periodistas incómodos y con medio mundo, va para abajo y necesita oxígeno puro. Atrás quedaron los días en que los tres políticos encumbrados sonreían (Tienes que sonreír, sonreír, payasito) a placer. Nada se les negaba, el mundo era de ellos, el presidente hacia y disponía de los grandes millones de dólares en operaciones que resultaron fraudulentas y convenencieras. Veremos qué noticias trae en las grabaciones Emilio, o quizá solo sea una alharaca. O quizá simplemente te regale una rosa.

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