HISTORIA DE AMOR DEL FACEBOOK 

*De Julio Cortázar: “Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”. Camelot.  

 

HISTORIA DE AMOR DEL FACEBOOK

 

El Facebook ha servido para romper corazones y encontrar infidelidades. Cuentan los sábelo-todo y entiéndelo poco, que en la red ahora se descubren los cuernos, las penurias y el olor a leña de otro hogar. Todas las redes sociales juegan su papel. Hace poco en Londres, una mujer policía se equivocó de correo y lo envió al esposo en lugar del amante, el texto la aniquiló: “Qué tarde tan primorosa pasamos. No la olvidaré nunca”. Cuando esa pobre mujer infiel se dio cuenta que el correo que enviaba al amante lo envió al marido, se suicidó. El marido, todo acongojado, dijo que la hubiera perdonado. Desde que existe Facebook, Twiter, Hotmails y amigos que los acompañan, el mundo ya no es el mismo. Es como la aviación desde aquel 11-S. Hace unos cuatro años tomé un vuelo Veracruz-Reynosa. En Veracruz, por una neblina mala y que se estacionó, demoramos cuatro horas de atraso. Salimos con tiempo limpio en espera de encontrar un frente frío en el norte, a 9 grados. Frío que calaba, porque con la inversión térmica se fue a tres grados. Al llegar el vuelo de Veracruz llegó al mismo tiempo uno de Aeroméxico del DF. En la sala de espera, mientras bajaban el equipaje y los perros del Ejército olían los mismos en busca de droga, apareció una figura, Francisco Céspedes, el cantante cubano que seguro iba a una chamba en esa Reynosa llena de maluria y descabezados. Las fans se le arremolinaron, se dejaba querer, cada teléfono celular es ahora una cámara en potencia y se retrataban con él. Está delgado, pese a que en la tele se ve gordo y cachetón. Con su sombrerito típico, jaló su maleta, como nosotros. Cuando salimos a la sala una bella chiquilla veinteañera llamó nuestra atención. Portaba un cartelón que decía: “Te amo”. Al lado una pancarta como de tres metros con dos iniciales y la palabra ‘Remember’. Nos sumamos a esa bienvenida, Karina y mi nieta Maraya tomaron de las puntas la manta. Aun no sabíamos de qué se trataba. La escena no tenía nada del otro mundo, gente espera así en las salas de aeropuerto. Pero al ver a la jovencita toda emocionada y a brincos, sacamos el Ampudia que todos llevamos dentro y a preguntar. Sucede que es una historia de amor del Facebook. Que enorgullecería al mismo Mark Zuckemberg, el inventor y creador del Face. Va: Ella se llama Ari y él Sebastián, nacida ella en Reynosa, tamaulipeca hasta las cachas. Sebastián es de San Diego, California, ambos latinos. Se conocieron hace un año por el Facebook y se enamoraron a la distancia porque, cuando el amor llega así de esa manera, uno no tiene la culpa. Quererse no tiene horario ni fecha en el calendario. La historia la platicaba una de sus compañeras en lo que ella, a ojo de águila espiaba la llegada. No lo veía venir y se ponía nerviosa. En otra de sus manos portaba un osito pequeño. La historia es que él había tenido que ahorrar un año para poder pagarse vuelo y viáticos. De repente, un güerito de veintitantos años apareció. Traía un muñeco gigante. Los dos lo aventaron al suelo al reconocerse, se abrazaron y besaron como Brad Pitt y Angelina Jolie en uno de sus films. Trenzados en un abrazo. Así se quedaron por minutos, para cerrar ese encuentro solo faltó que Francisco Céspedes hubiera llegado a canturrearles: ‘Esta vida loca, loca, loca’. Pero el buen Pancho no vio el idilio. La gente les aplaudió, en un mundo de tantas muertes y descabezados es saludable ver a dos jóvenes que se aman. El asunto es que el chaval, todo enamorado, viene por ella, dicen sus amigas, para casarse y llevarla a San Diego, que también es pueblo, pero está en California y hablan inglés. Corrobora ello que el Facebook sirve también para amarse, para encadenarse, para comprometerse porque el amor, lo dijo Neruda: Es tan corto el amor y tan largo el olvido.

 

EL PADRE ANTOLIN BERNARDI

 

Es un sacerdote muy querido en la región. No solo en Orizaba. Antolín Bernardi Castelán, dicen las notas que circularon en las redes sociales, que después de 59 años de servirle a Dios, pasa al retiro y tendrá su última homilía este domingo 26, al mediodía, en la rectoría de Nuestra Señora del Carmen. Pasa al retiro, al cumplir los 80 años y la Diócesis de Orizaba, a quienes algunos llaman la diocesana 4t, lo manda a descansar, y uno cree que debían seguir sirviendo al Patrón y a la feligresía, hasta que sus facultades lo permitan, como a los Papas, que cuando se sienten cansados, como Benedicto, piden el retiro. Un grupo de nosotros, del grupo de los jueves, lo recordamos con mucho cariño, cuando llegaba con el otro gran recordado amigo y Obispo, Marcelino Hernández Rodríguez, que un mal día nos lo cambiaron a Colima y Orizaba y la región perdió a un buen hombre, una gente que llevaba la palabra de Dios y sabía de las amistades, buen conversador, Marcelino y, junto a él, por lo regular siempre llegaba acompañado de Antolín. Lo vi y me tomé foto con él, en estos tiempos de pandemia, cuando fui a una misa que ofició por la muerte de un buen y querido amigo. Allí lo saludé y nos dimos un saludo cordial. En fin. Buen viaje, Antolín, desde donde estés, siempre serás recordado con mucho cariño y afecto.

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