TARJETA ROJA A PANISTAS

*Como buen lector de Maquiavelo siempre pensó que no hay que atacar al poder si no tienes la seguridad de destruirlo. Camelot.

 

TARJETA ROJA A PANISTAS

 

En una nota recogida en los medios, donde se encuentra a su lado, Tito Delfín Cano, ex alcalde de Tierra Blanca y secretario general del partido (PAN), el cada vez más desaparecido presidente estatal del PAN veracruzano, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, conocido como el Chapito, tronó en contra de los indisciplinados y ojáis alcaldes panistas, que le jugaron las contras al partido y como en un cuento de conjuras, conspiraciones  y traiciones shakesperianos (El que avisa no es traidor, dijo Shakespeare), a la hora de votar se fueron con el Cui y con Erik Patrocinio, poderoso secretario de Gobierno de Veracruz. Unos dicen que les hizo manita de puerco, otros aseguran que solo los convenció con su mirada. Pero hablé ayer mismo con tres veteranos panistas, me dicen que es una vergüenza lo que quiere hacer ese presidente. Y enumeran.

 

UNO: Expulsar a los alcaldes del partido no tiene mayor relevancia, la mayoría se van el próximo año y no tienen más futuro político que aquel de donde llegaron, o sea su casa. El de Mendoza, que votó con el Cui, Melitón, tiene la bendición de su hermano, el Arzobispo Hipólito Reyes Larios, y alguien me dijo que mandó decir que si lo expulsan les enviará la excomunión, vía Internet por la Pandemia.

DOS: otro panista comentó que eso que ahora pretende hacer El Chapito, debió haberlo hecho antes de, ocurre que muchos panistas se quejan de que, como Salinas, ni los ve ni los oye, y eso los ha traído muy alejados de ese PAN que los encumbró a las alcaldías.

TRES: Otro dijo que en lugar de andar haciendo berrinches, queriendo expulsar a 20 alcaldes azules, lo que debía hacer es ir con su partido nacional y crear una Controversia Constitucional, para echar abajo esa Reforma y puedan ellos mismos y el pueblo enjuiciar el mandato del Cui con la revocación.

CUATRO: El del PRI, Marlon Ramírez, también tuvo sus alcaldes indisciplinados y nada hizo, tragó camote como poblano, aunque sea veracruzano, y se quedó con el coraje adentro.

 

AQUEL MONSIVAIS EN PERISUR

 

Todos lo celebran como lo que siempre fue, un gran escritor que retrataba la ciudad y a su gente como pocos. Loas le tienden sus amigos escritores. En el área de prensa federal, en la comunicación social, Jesús Ramírez era su amigo conocido, un día se lo recomendó a AMLO y allí lo tiene, el presidente alguna vez dijo: “Me lo recomendó Monsiváis”. Cronista irónico, crítico de cine, arte y literatura, apasionado coleccionista y el más irreverente de los intelectuales, le llamó Letras libres. Carlos Monsiváis, que vivía con muchísimos gatos y de todos sabía los nombres que les había puesto, es recordado ahora por los 10 años de su muerte. Guadalupe Loaeza lo recordó en Reforma. Rafael Pérez Gay, otro escritor brillante, dijo de él: “Carlos murió antes de tiempo tocado por una enfermedad pulmonar”. Y se fueron a sus escritos, desde aquel legendario Días de guardar, hasta todo lo que escribió en su gran acervo. Debo decir que nunca lo conocí en persona, la única vez que me lo topé fue saliendo de una plaza comercial en Ciudad de México, de esas del sur de la ciudad, Perisur, quien esto escribe iba acompañado de una de sus hijas, muy pequeña, cuando lo vi saliendo, me atreví y le dije: “Maestro Monsiváis, que gusto saludarle”, él correspondió a mi saludo con un muchas gracias y eso fue todo. Mi hija más pequeña preguntó quién era, le presumí que era un escritor al que admiraba. “Ay, pá, que naco te viste”. Entonces le reviré que era lo mismo que si ellas hubieran visto a Luis Miguel saliendo de la plaza. Y ese fue mi recuerdo.

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