CAFÉ MARCIANO

Salvador Muñoz

Los Políticos

Imagínese que los marcianos un día despierten con el aroma de un buen café… ¡de Coatepec, obviamente! No, no es novela de Asimov, es un cuento de Veracruz en su máxima expresión: exportando café, pero ahora al planeta rojo. Y no, no es campaña de Starbucks interplanetaria, es el famoso Plan Ares, ese proyecto que sueña con llevar vida verde a Marte y que, de paso, nos regaló una de las declaraciones más aromatizadas de la política local.

La diputada Victoria Gutiérrez Pérez se aventó la puntada de declarar que Veracruz ya cuenta con “una nave espacial” lista para enviar café a Marte. Y aquí es donde la cosa se puso buena. En segundos, las redes sociales se llenaron de memes: desde fotomontajes del café Bola de Oro flotando en la Estación Espacial Internacional, hasta gifs de Darth Vader pidiendo “su espresso veracruzano, sin azúcar”.

El relajo fue tal, que uno ya no sabía si reír o llorar. Porque, claro, el Plan Ares existe, nació en Veracruz y tiene su mérito como propuesta científica. Pero de ahí a pensar que Omar Pensado y su equipo tienen estacionada una nave en Perote, lista para despegar con cafetos en la bodega, hay un salto del tamaño de la Vía Láctea.

Y como en todo buen show político, no faltaron los oportunistas. Hubo quien pidió que el primer café interplanetario llevara el sello de su municipio, otros sugirieron que se hiciera un “Fideicomiso Interestelar del Café” —como si no tuviéramos suficientes fideicomisos en la Tierra— y hasta apareció algún iluminado que pidió abrir la ruta Xalapa–Houston–Marte, con escala en Coatepec, por supuesto.

Pero la diputada, lejos de aclarar, pareció revolver los asientos del café. A pesar de las críticas de las diputadas Elena Córdova, Montserrat Ortega y Ana Rosa Valdés, más cargadas que café de velador, la morena insistía en que el proyecto era “una oportunidad histórica para Veracruz”. Y lo es, pero no porque tengamos la nave en el taller mecánico, sino porque la imaginación veracruzana es infinita. Si logramos sobrevivir al gobierno de Cuitláhuac, a los baches de Xalapa y a los aumentos de la Coca Cola, ¿cómo no vamos a soñar con colonizar Marte?

Eso sí, hay que reconocer que el Plan Ares al menos pone a Veracruz en la conversación espacial. Que se use el Cofre de Perote como escenario análogo de Marte tiene su gracia, y que se hable de sembrar café en un ambiente hostil, también. Porque si algo sabemos los veracruzanos es crecer en condiciones difíciles: basta ver a cualquier reportero sobreviviendo la quincena con tres chambas con sueldos raquíticos!

La diferencia está en no confundir el sueño con la realidad. El Plan Ares está en etapa conceptual, con prototipos, pruebas y muchas ganas. La nave espacial de la diputada, en cambio, sólo existe en su retórica. Y mientras tanto, la verdadera nave que más preocupa a los cafetaleros es la que cada año se lleva el precio del grano por los suelos, esa sí con combustible de especulación bursátil.

Al final, el episodio nos dejó claro dos cosas: uno, que el café veracruzano es tan bueno que hasta los marcianos merecen probarlo; y dos, que nuestros políticos, con tal de figurar, son capaces de prometer viajes siderales con boleto incluido. Lo malo es que, como siempre, terminamos pagando la cuenta aquí en la Tierra… y sin refill.

Así que, si algún día escucha que despega un cohete desde Perote rumbo a Marte, no se emocione: lo más probable es que sea otro globo político… y de ésos, sí tenemos flota interplanetaria.