? Glosario del momento | René del Valle Bosas
? Martes 6 de junio de 2017
? Las elecciones municipales del domingo en Veracruz tienen varios aspectos dignos de análisis, como el del abstencionismo, que ha llamado la atención porque en comicios pasados de este tipo la participación ciudadana ha sido alta.
En esta ocasión, de acuerdo con los datos del PREP, acudieron a las urnas 3 millones 193 mil 921 ciudadanos que sufragaron, lo que representa el 58.7775% del total de votantes veracruzanos.
Es decir, más del 41% de los electores optó por no votar. Como se sabe, la lista nominal está integrada por 5 millones 443 mil 912 ciudadanos; ¿por qué no ejerció su derecho casi la mitad de ellos?
Por un lado está el aspecto de la credibilidad en los partidos y sus candidatos y, por el otro, el asunto de la inseguridad que ha provocado cambios en la vida de los veracruzanos de manera drástica y determinante.
El tema de la credibilidad no es nuevo y se ha acentuado a raíz de los escándalos provocados por el saqueo criminal que han cometido gobernadores y exgobernadores.
Ahí está como ejemplo, el caso del exgobernador Javier Duarte, preso en Guatemala acusado de haber desviado miles de millones de pesos del erario público estatal. Emblemático por la manera y la dimensión del saqueó a Veracruz, también porque fue el último gobernador del PRI al ser primer priista que como mandatario pierde una elección y porque sigue influyendo en los procesos como ocurrió el domingo pasado.
La realidad, triste, es que la misma clase política ahuyenta a los electores de las urnas y aunque unos pocos tratan de actuar de manera correcta, los escándalos se imponen y son más recordados y comentados por la gente.
Aún es común escuchar expresiones como “para qué voto si el que gane no va a hacer nada” o “no me interesa” o “ninguno me convence” o “da lo mismo quien gane, todos roban” o “van y viene y no resuelven los problemas”, etcétera.
Lo anterior es sólo una parte de lo que se refiere a la falta de credibilidad de los políticos y los partidos. Ya habrá tiempo para más.
LA INSEGURIDAD TAMBIÉN INFLUYÓ EN LA BAJA VOTACIÓN
El de la inseguridad es un asunto que también influye para que la gente deje de ir a votar, aunque el gobierno hable de que hay paz y tranquilidad y de que en el estado la gente sale todos los días a hacer sus actividades cotidianas, como ir a la escuela, al trabajo, a hacer ejercicio, a sus reuniones familiares o sociales.
Es cierto, mucha gente hace todo eso y más, pero no con la misma tranquilidad que antes y muchos andan con el temor de ser asaltados, levantados o secuestrados.
Los comentarios van en el sentido de que no saben a quién temerle más, si a los policías o a los delincuentes, porque lo mismo han sido agredidos por unos que por otros.
Ocurre, eso sí, que la gente se empieza a acostumbrar a la violencia, a los descabezados, a los embolsados, a los que aparecen flotando en el agua y a los que son baleados.
Hay que gente que ya no se sobresalta cuando escucha de la desaparición de una joven o de un joven o cuando se entera que un vecino o un conocido ha sido secuestrado, o que murió como consecuencia de que se resistió al asalto.
El caso es que la inseguridad y la violencia no paran.
El recuento de ayer acumuló seis ejecutados en diferentes puntos de la geografía estatal y pedazos de un cuerpo flotando en un río.
Quién dice que esas muertes violentas no inhiben el voto.
***La región de Los Tuxtlas tiene la característica de dos alcaldes que parecían tener el control político de su municipio y así lo presumían, pero el domingo de elecciones evidenció otra realidad.
En Catemaco, por ejemplo, ganó el candidato de la alianza PRD-PAN, Julio Ortega, imponiéndose, y por mucho, a la abanderada del Panal, María Luisa Domínguez Bucio, esposa del alcalde Jorge González Azamar, quien invirtió su capital para tratar de hacerla gana, pero no pudo.
La elección en ese municipio fue el centro de atención porque hasta muertos hubo.
María Luisa tuvo también el apoyo del diputado Vicente Benítez, quien tampoco logró hacerla ganar y alcanzó el segundo lugar con unos tres mil votos de diferencia.
*** San Andrés Tuxtla es otro de los municipios importantes donde el candidato del alcalde Manuel Rosendo Pelayo a pesar que salió de la administración para convertirse en candidato, con todo el respaldo de su jefe político Roberto Virgen Riverol, fue desplazado al tercer lugar por el independiente Octavio Pérez Garay, quien obtuvo más de 17 mil votos. En segundo lugar quedó Rafael Fararoni de la alianza PRD-PAN con poco más de 13 mil sufragios y el del PRI y Morena los siguieron con poco más de 9 mil sufragios cada uno.