Como reza la sabiduría popular: no escupas para arriba… Y parece que Manuel Huerta escupió muy alto porque pasó de ser considerado el virtual candidato a la gubernatura de Veracruz, asistiendo a las entregas de apoyos para adultos mayores y el programa de jóvenes donde se tomaba la foto con todos y saludaba con mucha alegría. Pero ahora se le ve caminar solo, solito en las calles de Xalapa.
Ahora que ya no es candidato a gobernador, ni está en primera fila para el Senado, aunque se lo merecía. No se puede negar que trabajó mucho en Veracruz, pues recorrió el estado de punta a punta. Y llama la atención que ya van tres veces que lo exhiben en su partido como si fuera alguien que no tuviera la simpatía necesaria para un cargo de elección popular; sobre esto se comenta mucho en los cafés, entre los periodistas y los analistas políticos. Ahora Manuel Huerta es el segundo en la lista del Senado, si es que bien le va y no se vuelven a mover las decisiones para él. Tal vez se deba a las denuncias por abuso sexual que pesan en su contra.
Por eso es momento de que Huerta reflexione si le conviene seguir en un partido que lo ha hecho quedar mal; claro que, como todos, tiene sus defectos, pero de que es un buen operador político, no cabe duda. No se vale que la dirigencia nacional de Morena no haya intervenido para detener el trato que le han dado. Es claro que Manuel no pertenece al equipo del gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, pues abiertamente ha sido rechazado por ellos; pero aunque tengan motivos para no integrarlo, es de pena ajena el cómo se han manejado con él. Lo han dejado como el hazmerreír.
Esperemos que Manuel Huerta le piense bien si vale la pena recibir esos tratos por seguir en ese partido, porque aunque lo traten de apestado, era él quien llevaba a la gente y quien es bien reconocido en todos los lugares del estado donde hay beneficiarios de los programas sociales, que es todo Veracruz.
