Mi amigo Hicham

Hace algunos años conocí en Xalapa a un buen hombre nacido en Marruecos, con quien cultivé una gran amistad que hasta la fecha perdura.

Hicham Widlin vivió acá durante 14 años y se distinguió como uno de los mejores estilistas de la región. Hace unos dos meses, mi amigo nacido y crecido en Casablanca, Marruecos, decidió irse a Canadá a buscar un mejor horizonte económico, después de que batalló mucho en esta economía a la mexicana como todos nosotros en esta 4T. Su barbería estaba en la avenida Maestros Veracruzanos, casi al llegar a Lázaro Cárdenas. Se llamaba precisamente El Marroquí, y la cerró con dolor y mucha nostalgia. En la fachada del local aún perdura la bandera de Marruecos.

Y hoy Hicham está feliz porque la selección de futbol de su país tuvo una participación histórica en la Copa Mundial de Qatar. Aunque perdieron contra Francia, lo hicieron con la frente en alto y dando un partido excelente, lleno de dignidad y pundonor. Sé que Hich, como yo le digo afectuosamente, sigue celebrando en Montreal el éxito de su equipo, junto con muchos paisanos árabes suyos que están allá.

Los musulmanes no beben porque su religión no se los permite, así que celebran sobrios y con rezos, brincos y bailes, sus triunfos nacionales.

Qué gloria tener una selección así, llena de orgullo y que llene de orgullo; cómo te recordamos desde acá, querido Hicham.

margl84@gmail.com