CASAVEGAS/ORIZABA ES UNA FIESTA 

*Los dioses del estadio quisieron que Messi se coronara y se convirtiera en el mejor del Mundo. Camewlot. 

 

CASAVEGAS/ORIZABA ES UNA FIESTA 

 

Por parafrasear a Hemingway en su Paris era una fiesta, a Orizaba le llegó su fiesta. En campaña, el alcalde Juan Manuel Diez Francos, hablaba de Casavegas, un pueblo cercano a la Cantabria, en la zona Palentina de Castilla y León, y anunciaba que haría la gran obra de la Administración, un ente turístico en honor y homenaje al nombre del pueblo donde nació su padre, don Juan Diez Alonso. Así fue. El 16 de diciembre se hizo una pre inauguración, con unos 200 invitados. Habría que ir a reconocer lo que era un Pueblo Mágico con un Castillo Medieval, como en la época del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda, en el reinado de Camelot. A las 7 de la noche comenzó el evento, casa llena, un pregonero leyó un bando del Medioevo. Y dio paso a que el alcalde tomara el micrófono y tirara su spicth. Habló de las bondades turísticas de Orizaba y de cómo esta ciudad ha mejorado turísticamente, proyecto a lograr antes de que se vaya, el millón y medio de turistas al año. Lo acompañaba su solidario Cabildo, y junto a él un personaje, Sergio (Cheko) Gutiérrez Luna, el hombre más cercano al secretario de Gobernación, Adán Augusto, que anda por acá picando piedra para ser candidato al gobierno de Veracruz, por allí aprovechó y se vino a descubrir como un pueblo se convierte en grande. Dará 3 mil empleos, presumía el alcalde, y le entró lo nostálgico cuando habló de sus padres, Juan Diez Alonso y de su madre, doña Matilde Francos, que aquí llegaron y aquí forjaron una familia. Anunció que la gente de Orizaba no pagaría, y las aledañas comprarían un bono real, para poder entrar todo el tiempo sin pagar.  

 

EL RECORRIDO 

 

Comenzaron los festejos, un grupo de bailarines del Medioevo y unos coros que me sentía en misa del Padre Marcos. Fue corto el evento, de allí al recorrido en una noche fresca, comenzamos por la zona de bares, El Arrabal, donde habrá nueve tabernas cerveceras, allí ya obsequiaban botanas y una que otra chela. El alcalde se puso a mano y dio unos billetes como en kermesse, para consumir, apoyando así a los comerciantes que se instalaron. El rey ya estaba listo, los caballeros cruzados por igual, el torneo de caballería se preparaba para los duelos en bellos animales. Presumo, alguna vez vi uno en Los Ángeles, llamado ‘Medieval Times Buena Park’, este no le pide nada, es extraordinario. Caminamos rumbo al Museo de la Tortura, para conocer en aquella época cómo mataban y cómo ejecutaban a los disidentes o a los malos, un buen Museo, bien montado, a veces daba mello, vamos, hasta tenían mostrando en fierro los calzones de castidad, aquellos que los guerreros les ponían a sus mujeres cuando se iban a pelear, no fuera la de malas que regresaran y, como en el béisbol, encontraran casa ocupada. La gente caminaba con orden. Es un lugar extraordinario. Todo lo que les cuente se queda corto, deben ir a verlo en las antiguas instalaciones de Expori. Luego fuimos al lugar de comidas, los restaurantes que ofrecen desde tacos, pambazos, tortas, espaguetis, de todo, y de regalo me llevé un Queso de hebra de Planchú, los mejores de la tierra; comí una brocheta de camarones y ahí, para los que no chupamos, nos la podemos pasar con tranquilidad. Salí a caminar por fuera, ver la luminosidad del Castillo, como dijera Hemingway: “Era más fácil pensar si se caminaba y se hacía algo o si se veía a la gente haciendo algo con maestría”. El pueblo feliz, tendrán desde ahora un nuevo lugar dónde entretenerse, y el turismo encontrará nuevos sitios, ahí viene en estos días El Tobogán de la Montaña, que un amigo que anduvo por Estados Unidos me habló que se subió a uno de ellos y son extraordinarios. El alcalde JM10 agradeció a quienes se partieron el alma para tener la primera fase lista en esta fecha. Cumplieron. Dio las gracias y dio algunos nombres, pero fue más aplaudido cuando dijo que reconocía a aquellos trabajadores, albañiles, maestros, talacheros, trabajadores que se partieron el lomo para terminarlo. Allí está ya, como La Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo. Vayan y formen parte de la nueva historia de Casavegas, porque, como lo digo yo que soy un cronista de a pie: ‘Casavegas es un cuento, y hay que saber contarlo’. 

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