*De Voltaire: “Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado”. Camelot,
PANISTAS EN ORIZABA
Muy temprano en domingo, llegaba a mi clásico café mañanero en el orizabeño hotel L Orbe cuando escuché un grito de saludo. Era José Antonio Gómez Ruiz, quien me dijo que venían de Boca del Rio, donde apenas ayer estuve comiendo con doña Amada y atendidos por Gustavo Canales, mesero chingón (palabra francesa). Como era mi entrada al hotel le saludé y me quedé a platicar un pequeño rato en lo que les llegaba su auto. Venían Hugo Delfín, presidente del PAN en Boca del Rio, César Portilla Y Juan Manuel Cevallos. Asistían a un evento magno del PAN estatal o nacional, en el antiguo Toreo de Orizaba, ahora llamada Plaza La Concordia-Luis Gutiérrez Príncipe, al menos yo así la llamo de aquí en adelante, en homenaje a Luis, el empresario creador de este coso que es taurino, pero ahora es de espectáculos. José Antonio me decía que acababa de comunicarse con Juan Lobeira, el padre de la alcaldesa de Veracruz, Paty Lobeira de Yunes, una alcaldesa de primer nivel, que siempre en las encuestas nacionales sale en primer lugar de las alcaldesas mujeres. Comenté que apenas ayer había estado comiendo en La isla del amor y allí saludé a otro panista, Juan Bueno Torio. Le dije que a Juan Manuel Unanue, alcalde de Boca del Río, no lo conocía, pero si a todos los Yunes: Padre, hijo y espíritu santo. Escogieron buen lugar para su convención. Orizaba es una ciudad cálida, segura, amigable, casi un Principado como el de Mónaco, turística, con hoteles de todos tipos y con un Teleférico, donde uno se trepa al Cerro del Borrego y ves la ciudad a tus pies, como cuando ves desde el Trocadero la Torre Eiffel, pero eso es en París. Nos despedimos y se fueron a su chamba, hablamos que tienen que hacer una Alianza, aunque el judas traidor del Alito Morena haya traicionado hasta a su sombra. Tienen que unirse para el cambio que muchos veracruzanos quieren y esperan. Y ahí anda Dante Delgado, tirando para la pesca.
CON GUILLERMO GONZALEZ DIAZ (EL WILLY)
Hace algunos años que no le veo, a quien fue alcalde de Veracruz en tiempos gloriosos. Pero tengo un amigo, José Luis, el rico que no es rico, que se lo encontró en el Farolito, un restaurante donde algunas veces comemos cuatro cuenqueños terrablanquenses, incluido el Cronista urbano, Fernando Pavón. Rico se lo encontró y lo saludó y Guillermo me envió saludos y dijo me sigue en mis columnas en Notiver, el diario de los veracruzanos. Ya no coincidimos, porque antes, en época de la era cuaternaria, yo mero solía desayunar en el Sanborns de Américas y ya no voy, por lo regular llego a una comida quincenal. Pero le regresé los saludos y me acordé de su trayectoria política, más ahora que está la serie Un extraño enemigo, casi dedicada a su jefe, el hombre leyenda, Fernando Gutiérrez Barrios, pensé que saldría en alguna nominación, debo decir que solo vi un capítulo, no he visto los demás. Pero me acuerdo de cuando me platicó un hecho histórico. Fernando Gutiérrez Barrios trabajaba como director de Capufe y Willy allí andaba con él, de su segundo de a bordo, a veces se iba a cobrar en las casetas y no las tenían como las tienen ahora, hechas un desmother (palabra francesa). Me contó que una mañana su jefe le preguntó si traía su auto, le dijo que sí. Lléveme, le dijo FGB. En un modesto auto chico se fueron de Cuernavaca a Los Pinos, donde gobernaba el presidente Miguel de la Madrid. Allí entraron, y él espero afuera, el Estado Mayor Presidencial lo tenía a la vista. Una hora después salió Gutiérrez Barrios, se trepó al asiento del copiloto y Guillermo le preguntó:
¿Para dónde, don Fernando?
¡Para Veracruz, a gobernar a nuestros paisanos!
Había escuchado las Palabras Mayores y de Capufe venía a convertirse en gobernador de Veracruz de solo dos años, porque luego lo llamó Carlos Salinas a Gobernación y Dante allí se sacó la lotería en ese interinato de cuatro años, donde resultó ser un gobernador de primera, pero esas son otras historias, para otro día.
