MAÑANA DE FIACA 

*En las grandes cosas los hombres se muestran cómo les conviene mostrarse. En las pequeñas como son. Camelot. 

 

MAÑANA DE FIACA 

 

Los martes, dice el viejo refrán, ni te cases ni te embarques, pero si me embarco, voy al Puerto a ver cómo azota este temporal malo, más bien voy a otra cosa. Entre que si Tito, tito, capotito es inocente o culpable, pues según la óptica del gobernador (Crónica, Tierra Blanca), es culpable y que, si quieren saber de sus maldades, vayan a Tierra Blanca y hagan lo que Derbéz: “¿Pregúntame?”; sin embargo, en Notiver los panistas le exhiben que Tito Delfín Cano es inocente y preso politico, pues las fechas de cuando lo acusan de que tiró un pañal desechable al basurero y por eso fue daño ambiental, en esa fecha ni alcalde era. No importa. La consigna es que no sale, así le pongan que cuando el penalti contra Holanda, aquel de No era penal, Tito tuvo la culpa.  

El mundo del beisbol está atento a si Aroon Judge, el Señor Juez, pega su jonrón número 61, ayer no pudo en sus 5 órdenes al bat, pero llegará me dijo un conocedor, yo mero, que sé poco de béisbol, me he estado documentando de quiénes han sido los jonroneros arriba de los 60, el mayor ha sido Barry Bonds con 73, McGwire con 70, Sammy Sosa con 66, Roger Maris, que crearon aquella película llamada 61 y el gran Babe Ruth, cuyo récord demoró 34 años en romperse. Y tenía mucho mérito Ruth, porque era gordito y no había gimnasios en aquella época, ni los beisbolistas como los de ahora están llenos de vitalidad y músculos y bien alimentados con leche Lala. También andan en los récords de los 700 jonrones. Donde Albert Pujols anotó ahora su jonrón número 700 y arriba de él están Barry Bonds, con 762, Hank Aarón con 755, y el gran bambino, Babe Ruth con 714 en 1934, el legendario club de los 700 jonrones, qué se necesita para eso, una poca de gracia y otra cosita.  

 

900 DIAS EN HUELGA NOTIMEX (DIARIO EL PAIS) 

 

Las banderas rojinegras ondean desde hace 945 días en la fachada de la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex, en Ciudad de México. En un campamento improvisado en la colonia Roma, un puñado de trabajadores se mantiene en guardia desde hace 31 meses, lapso que lleva el conflicto laboral contra la dirección de Sanjuana Martínez ante las supuestas violaciones a su contrato colectivo de trabajo. Despidos injustificados, cierre de corresponsalías extranjeras e impagos fueron algunas de las razones que llevaron a los trabajadores a la suspensión de labores en febrero de 2020. A más de dos años de distancia, la resolución del conflicto aún se vislumbra lejana y cada día que pasa abona a una huelga que ya se ha convertido en el conflicto laboral más enquistado surgido en el Gobierno de López Obrador. 

 

NUESTRO GRAN ALEJANDRO G. IÑARRITU 

 

Bardo, la séptima película de Alejandro González Iñárritu (G. Iñárritu desde 2012), está llena de huevos de Pascua. El término suele utilizarse en algunas películas de género y se refiere a pequeñas pistas escondidas por un creador dentro de una obra. En las tres horas que dura la película pueden verse las huellas de Amores Perros, Birdman, El Renacido e incluso Detrás del dinero, una cinta de televisión que dirigió en 1995 junto a Pelayo Gutiérrez con Miguel Bosé de protagonista. La obra de autoficción del mexicano cinco veces ganador del Oscar (Ciudad de México, 59 años) es un destilado de la personalidad de su creador. Iñárritu explica en una conversación a distancia los entresijos de su nueva película, la más personal, sin duda, como una obra de madurez que le permite reflexionar sobre la identidad y la migración de alguien que como él ha abandonado su país por Estados Unidos. Y también de alguien que no puede dejar de ver el éxito a través del lente de la incertidumbre. Este jueves y viernes presentará en el festival de San Sebastián un nuevo corte con algunos ajustes. “Estas películas necesitan tiempo”, asegura. Bardo se estrenará en algunas salas de cine en octubre y llegará a Netflix el 16 de diciembre. 

Diario El País.  

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