UN DIA DESPUES (ORIZABA) 

*La Guardia Nacional debe seguir en las calles. Son las instituciones, Ejército y Marina, mejor calificadas. Juan Manuel Diez, alcalde de Orizaba. Camelot.  

 

UN DIA DESPUES (ORIZABA) 

 

Un día después, en el recuento de los daños, los que aquí vivimos llegamos a la conclusión que fueron muchos tiros y poca lumbre. El presidente AMLO minimizó el evento y le fue como en feria, aquí le llovieron memes de sus ‘abrazos y no balazos’, y lo pusieron como lazo de cochino, dirían en mi pueblo cuenqueño. Las redes sociales trabajaron, para bien o para mal, muchas de esas versiones culpaban a los dos palacios, al de México y al de Xalapa a que, decían, desde allá orquestaron todo esto para abollarle la corona a este Pueblo Mágico que se ha caracterizado por tener la mejor policía del estado y de muchas partes del país. Versión no creíble, pero que circuló. La municipal poco intervino, fueron los del Estado los que rafaguearon y tiraron balas a montones, en un cerco tipo Irak, donde los malhechores se rendían y estos seguían disparando, como película de Ucrania. Los curas hicieron su papel, La Diócesis de Orizaba a través de su vocero, el padre Helkyn  Enríquez Báez, llamó a la paz y civilización, a rezar por esta Orizaba. El cura Marcos Palacios rezaba ese lunes fatídico, a través de su Facebook. El presidente sigue diciendo en sus mañaneras que los ‘sucesos de Orizaba fueron pura propaganda’. Congruente se vio el alcalde Juan Manuel Diez Francos, como me escribió un prestigiado abogado llamado Jorge Reyes Peralta, que ‘en el alcalde orizabeño hay congruencia, no oculta ni matiza los hechos’. Prueba de las sospechas, me escribe otro jalapeño, es que el gobierno el estado anunció el cierre del módulo del SAT, cuando aquí ya todo terminó y la ciudad está en paz. Anoche mismo la caminé como cronista de a pie, y fui por unas garnachitas a Salomé y me bajé en la Alameda para tomar un par de fotografías. Había poca gente, porque hacia frio y ha llovido casi todo el día. Hubo periodistas encumbrados que tocaron el tema, el de El Universal, Héctor de Mauleón, culpó de esto a un grupo que se ha dedicado, desde la región, al robo del autotransporte de carga y el huachicoleo. Otro, el periodista veracruzano, Luis E. Domínguez, circuló en las redes su columna ‘Tres horas de balazos’, donde pondera y halaga el trabajo de Juan Manuel Diez Francos, desde que se hizo de la primera administración, hasta esta que es su tercera ocasión, con la seguridad del C5 y la afamada policía municipal orizabeña, sus cámaras de vigilancia y su policía bien pagada, una columna que mucho circuló ayer en redes sociales. 

 

EL RECUENTO DE LOS DAÑOS 

 

¿Qué nos pasó? Bueno, pues nos abollaron un poco la corona invicta de que aquí no había pasado nada. Nos pegó un poco al turismo de esta semana, porque, aunque todo está en calma, han cancelado algunos cuartos de hoteles pues la publicidad en las televisoras nacionales hace daño, aunque los hechos no se pueden ocultar. Más abonaron a ello las escuelas que no tuvieron clases al otro día y la dependencia del SAT, como si aquí hubiera habido balazos por toda la ciudad. Y no los hubo, solo se circunscribió a una casa de Sur 15, y eso porque, aunque aquellos gritaban que se rendían, los polis estatales seguían disparando metralla, como en película gringa. Orizaba está viva y sigue sonriendo, lo dice su alcalde a los medios. Falta el revire de las entrevistas a los noticieros nacionales, para que vengan y vean que aquí andamos en la tranquilidad, esta es una parte de Veracruz que está en paz, de una ciudadanía que apoya a su alcalde y a su Cabildo, aunque haya algunos críticos porque, se sabe que nadie es monedita de oro. Como lo escribió en su Facebook una orizabeña: “Somos Pueblo Mágico, la ciudad más limpia de todo el país. Cuenta con una Reserva Animal (todos rescatados y recuperados), un Parque Botánico, maravillosos mercados, calles con historia y amplias banquetas, un Parque de los dinosaurios y un Parque de las sonrisas, bellas iglesias, un Teleférico y un Cerro del Borrego fantástico con una vista inigualable, un Polifórum que impone, Gastronomía de primera y su hotelería, una plaza donde se celebran magnos conciertos, Museos, un Rio y su paseo, Exconvento, Palacio de Hierro, una Alameda llena de árboles y vida y, próximamente, un Casavegas, que será atendido por personas trabajadoras, amables, preparadas y talentosas, pero sobre todo, orgullosas de ser Orizabeñas. Ah, y tenemos un pico llamado de Orizaba”. 

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