Por Melitón Morales Domínguez
Entre los modales más básicos está el ser atento. Cuando una persona visita una casa, siempre se pregunta por el anfitrión, se le saluda en primer lugar y después de que se le ha dado la bienvenida, entonces puede ingresar al hogar.
Esto, todos lo sabemos… o casi todos porque Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, parece que no recibió enseñanzas al respecto.
Llegó al territorio veracruzano a realizar diversas giras y reuniones de carácter político, pero se metió hasta la cocina, como decimos coloquialmente, sin saludar al anfitrión, en este caso, al gobernador Cuitláhuac García.
Si su intención es postularse para la próxima gubernatura o se siente presidenciable, no lo sabemos; pero ya empezó con el pie izquierdo porque política es política y, ante todo, hay que respetar la investidura del señor gobernador.
Para colmo, no nada más entró al estado como Pedro por su casa, sino que su actitud ha sido grosera y prepotente en todo momento. Qué lamentable que teniendo como el que tiene, Gutiérrez Luna se maneje con tan poca sutileza y con nula humildad. Todavía no es candidato y ya se echó encima a mucha gente.
Mejor que se regrese al Estado de México de donde salió, y nos deje a los veracruzanos en paz; al fin que políticos son lo que aquí nos sobra.
