ESA HISTORIA VENCEDORA 

*De José Emilio Pacheco: “La historia la escriben los vencedores y la novela los vencidos”. Camelot. 

 

ESA HISTORIA VENCEDORA 

 

En las guerras, como en la vida, la historia la cuentan quienes la ganaron. De un tiempo a la fecha, entró en el mundo un prurito de sabotear todo lo pasado, de derrumbar estatuas y de cambiar lo que no se acomode al gobierno que ganó la contienda. O al pueblo que anda enfurecido. Ocurrió en Estados Unidos, donde las estatuas del general Robert E. Lee, que fue el contendiente que perdió la Guerra Civil, las echaron para abajo, al grito de lázala, lázala que se te va. Como lazaron un día la de Sadam Hussein. La historia suele ser así. El criminal bombardeo a Dresde, la ciudad alemana que era la Florencia de los germanos, cuando ya la guerra estaba decidida, los aliados con la aviación británica lanzaron cientos de toneladas de bombas contra ese pueblo que vivía tranquilo, alejado de todo mal, porque allí los nazis no tenían ni guarniciones de armas, ni depósitos de petróleo, nada. Pues unos tres días fue sujeta a bombardeo criminal y murieron 200 mil personas, entre ellos la mayoría civiles. La historia se ocultó por un tiempo, hasta que los historiadores hicieron pública esa criminalidad de terror. 

 

CAMBIO DE NOMBRES Y DE HISTORIA 

 

México no ha sido ajeno a esa comezón nacionalista. Desde que el presidente AMLO llegó, enfocó sus baterías contra España, por aquello de la Conquista. Les tiró dos o tres dardos envenenados, con el fin de que pidieran perdón, vida de mi vida, perdón, si es que te he faltado, pero a los españoles les dio hueva responderle. Casi ni lo pelaron. Era una discusión estéril, que habría que remontar hasta el tiempo que los españoles, aliados con los tlaxcaltecas derrumbaron ese imperio mejica. Pero la probable sucesora de la presidencia, Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno ha seguido las directrices del patrón y primero mandó a quitar, dizque para embellecerla y limpiarla, la bella estatua de Cristóbal Colón, hecha por el francés, Charles Cordier, pariente lejano de Carlos Lartigue, ubicada en la glorieta de Reforma, cuya base se ve pelona. Un grupo de orizabeños quiere ir a pedirla a la jefa de Gobierno, porque, cuentan los historiadores que esa estatua fue pagada y patrocinada por la familia Escandón, orizabeños puros. El monumento arribó a Veracruz en 1875, y fueron instaladas definitivamente en 1877 en el sitio donde, casualmente, Maximiliano había elegido el monumento. Otra, ayer mismo la jefa de Gobierno, en la capital fue a enfrentarse a la historia, a hacerla suya, al estilo de la 4T y le cambió por sus pantalones, porque falda usa pocas veces, el nombre del sitio llamado El árbol de la Noche Triste. Ahora se llamará, por decreto mío, La Noche Victoriosa, allí donde el Conquistador, Hernán Cortés, en un ahuehuete lloró derrotado por un ratito, porque luego regresó esa conquista a quedarse un montón de años (300). Pácatelas. Además, la llamada calle Puente de Alvarado, en honor del Conquistador sanguinario, Pedro de Alvarado, ahora se llama Calzada México-Tenochtitlan. Los intelectuales la hicieron pabilo, no hubo uno que no la criticara. Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia, dijo el clásico. Eso implica cambio de nomenclatura, cambios en los radares de GPS, cambios en papelerías, cambios en todos lados, pero la historia se tiene que contar, a mi manera, diría la Sheinbaum.  

Uno de ellos, Alejandro Rojas, en Milenio, dijo: “Su juicio, son cortinas de humo para discutir tonterías, por ejemplo, Cristóbal Colón no regresará a su glorieta en este sexenio, ya están acostumbrados a la mentira, te dulcifican o te dicen que fue para limpiarla. Si van a empezar así, tendrían que quitar nombres, calles y monumentos, entonces se tendría que destruir el Palacio Nacional porque fue de los virreyes de la Nueva España, la Real Audiencia lo compró a los descendientes de Cortés, es decir, no fue hecho para los presidentes de México. Y también correría la misma suerte el Castillo de Chapultepec porque lo hicieron los virreyes malditos, así como El Ángel de la Independencia porque es una obra del porfiriato”. El historiador lanza la pregunta de si el 13 de agosto se va a reconocer la victoria de los tlaxcaltecas y los españoles sobre los mexicas, en 1521. 

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