LA TERRIBLE TRAGEDIA 

*Canadá está de pie junto a la gente de la Ciudad de México, y está pensando en ella, esta mañana. Nuestros corazones están con las familias y amigos de las víctimas del trágico colapso del paso elevado, escribió Trudeau en Twitter. Camelot 

 

LA TERRIBLE TRAGEDIA 

 

Uno puede ir muy campante y, de súpito (palabra dominguera, que significa: atónito, perplejo, atontado) morir en dos segundos, ni sentir cuando tu ibas circulando en un auto y de repente una mole de cemento y fierro cayó del segundo piso y mató a esos automovilistas, que quedaron atrapados, según se ve en el video del accidente. Las noticias por la noche corrieron como reguero de pólvora, los canales que daban noticias interrumpieron para ir al lugar de la tragedia, su Zona Cero, donde olía a muerte y a destrucción y a irresponsabilidad. Una llamada ballena colapsó. Y me fui al tuiter donde se dirimen a navajazos la vida y la muerte. La jefa de gobierno tuiteó que ya iba al lugar del incidente. No es un incidente, es una tragedia, le respondió en tuiter un ciber. La noche caía y uno veía como gente que llegó antes que bomberos y jefes de ambulancias y Protección Civil, la gente que es muy solidaria y que desde la época de los terremotos, le mostraron al mundo lo que era jalar parejo, en aquella cosa que el maestro Monsiváis llamó Sociedad Civil, cuando el presidente De la Madrid se apanicó y la gente con cubetas, palas y picos se apersonaron en los lugares del terremoto, por el hotel Regis y esa zona, y comenzaron solidarios uno a uno a rescatar vivos y luego cadáveres. Las escenas suelen ser dantescas.  

 

ESCENAS DANTESCAS 

 

No les dieron cuartel en el tuiter. De ineptos los señalaron, y se fueron sobre Marcelo Ebrard y Mario Delgado, que esa dupla en su tiempo de jefe de gobierno de Ciudad de México, hicieron esa mortal línea 12 y tuvo muchos quebrantos, Mario era el de finanzas en ese gobierno, antes que se dedicara a defender a presuntos violadores, como Salgado Maspedonio. Marcelo dio la cara, en la mañanera dijo estar a disposición de las autoridades, para cualquier cosa. Él que culpa debe tener si no le dan mantenimiento a esos trenes. Y los tuiteros que odian al presidente AMLO, le señalaban que culpara a los del pasado, como acostumbra. Se daban duro. Los chairos callaban. Con su cara donde su rostro reflejaba preocupación y duelo, Marcelo se enfrentaba a los medios. No rehuía el asunto. Los pésames y las banderas a media asta. 23 muertos, 79 heridos. AMLO llamó “Triste noticia”, y envió el pésame a los familiares, donde su esposa, Beatriz Gutiérrez Müeller también envió el pésame a los fallecidos, pero le dijeron que el pésame se da a las familias, no a los muertos. País dividido, donde desde las mañaneras el odio sale por doquier, y Porfirio Muñoz Ledo anuncia un frente amplio para irse en contra del autócrata presidente, así lo llamó. Y junto a Ifigenia y Cuauhtémoc, cuando escindieron al PRI y crearon el PRD, había convocado el político más lúcido y mejor ideólogo, nuestro Ortega y Gasset, debió haber visto con desencanto que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, se deslindaba de esa protesta y, diciendo a Ciro Gómez Leyva, aseguró que no formaría parte. Circulaba el dato que cuando Marcelo Ebrard la formó, esa obra presentaba fisuras en 4800 durmientes y que costó 26 mil millones de pesos. Comenzaron a entrar los memes, cuando Díaz Ordaz había inaugurado 11 líneas, y Marcelo pudo construir una y la Sheinbaum no pudo darle mantenimiento. Las fotos de la inauguración con el presidente Calderón, que solo era invitado, y Carlos Slim, que algo construyó, con Mario Delgado y Miguel Ángel Mancera, quien luego quería meter a la cárcel a Ebrard. Todo eso es cierto, no es sospecha, se sabe que el Metro, que transporta a millones de pasajeros, desde hace tiempo necesita de un verdadero mantenimiento, no andarle cambiando un tornillo ni cosas así. Se les vio cuando el terrible incendio de no hace mucho, que dejó a millones sin transporte. Todo eso, dice un opositor, es porque a AMLO le tienen miedo todos los de su gabinete y la jefa de Gobierno, y el dinero que debía ser para el mantenimiento de cosas importantes, como el Metro, el presidente toma ese dinero para andar financiando a los jóvenes y a quién se le ocurra, así el gobierno anda sin cash, como en tiempos de Zedillo. Ay, cómo es cruel la incertidumbre, cantaría Javier Solís. 

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