La luna de miel entre el gobierno y los empresarios parece haber terminado por aquella expresión de Carlos Lomelí, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), sobre que un candidato en campaña puede prescindir de los empresarios, pero no puede gobernar sin ellos. A partir de entonces empezó el enfriamiento de sus relaciones. Pero las difíciles circunstancias económicas del país y el esfuerzo de Alfonso Romo parecen dar sentido al anuncio que hará Lomelí el lunes próximo sobre la inversión privada en programas de infraestructura. No hay de otra, como dice Romo, si la inversión pública está orientada a los proyectos prioritarios solo queda el capital privado, que se ha abstenido durante los dos años de la presente administración por carecer de certidumbre. Dice Romo: “Tenemos que decir: estas son las reglas del juego y de aquí en adelante no va a haber ningún cambio y en eso estamos trabajando”. Ojalá así sea porque esto no camina.