Chapeo de precampaña

Arturo Reyes Isidoro / El problema es cíclico. Se presenta cada año en temporada de lluvias y es incontenible porque no hay poder humano que pueda controlar la fuerza de la naturaleza.

La semana pasada los medios informaron y mostraron imágenes aéreas que dan idea de la magnitud de las inundaciones por causa de las lluvias en el municipio de Jesús Carranza, en el suroeste del Estado.

Miles de hectáreas ya están bajo el agua y el problema se extiende también, año con año, a los municipios de Uxpanapa, Hidalgotitlán y Las Choapas, en el extremo sur, aunque igual se presenta en municipios del sur como Minatitlán y Texistepec, de la cuenca del Papaloapan, de los Tuxtlas, del Totonacapan (acaban de sufrir su primera inundación con daños), en Álamo y del extremo norte teniendo como punto neurálgico Pánuco con su caudaloso río.

Es preocupante que en la primera quincena de agosto ya hubo inundaciones de consideración porque normalmente el problema se presenta sobre todo en los meses de septiembre y octubre.

Nada da más idea de la magnitud de la desgracia que un sobrevuelo sobre las áreas. En el caso de Jesús Carranza, Uxpanapa e Hidalgotitlán es común que desde el aire la vista no alcance a abarcar toda la zona inundada, de tan extensa que es. Lo digo por experiencia porque por años, estando en el servicio público, acompañé a varios gobernadores en sobrevuelos para supervisar los municipios afectados, tener la idea más precisa de la gravedad de la situación y actuar en consecuencia organizando acciones de ayuda humanitaria.

Las fotos en tierra publicadas por los medios muestran ya poblados inundados que si continúan las lluvias no tardarán en estar bajo el agua, poblados a los que solo se podrá llevar ayuda (agua, alimentos básicos y medicinas) por vía aérea, en los helicópteros de la Secretaría de Marina. Por ahora ya actuó el Ejército que aplicó el plan DN-III.

El problema no se limita a las inundaciones. Con ello se incrementan los casos de dengue y enfermedades infecciosas por la gran cantidad de animales de corral, domésticos (como perros) y ganado que mueren ahogados, que se pudren y contaminan el agua entre la que luego andan los pobladores, a lo que ahora habrá que agregar casos de influenza y coronavirus. En las zonas selváticas como el Valle de Uxpanapa, el agua arrastra animales peligrosos como víboras y cocodrilos, que añaden otro peligro más. Aparte las pérdidas en las siembras.

El viernes pasado, José Llanos Arias, subcoordinador de Fenómenos Atmosféricos de Protección Civil, dio a conocer que entre este lunes 17 y hasta el sábado 22 está previsto un escenario lluvioso, sobre todo a mitad de semana, en especial en regiones de montaña, y que a partir del viernes se espera un posible incremento de lluvias, lo que será indicio de que habrá precipitaciones por arriba del promedio en el Estado. Pero faltan septiembre y octubre.

Aunque más que las lluvias, lo más grave es el escurrimiento de las aguas, del estado de Oaxaca en el sur y del altiplano y los estados de Puebla e Hidalgo en el norte, lo que hace que los ríos de Veracruz eleven sus niveles y se desborden. Ya se ha vivido la experiencia en la entidad.

Por ahora, pues, el problema más urgente está en el municipio de Jesús Carranza, pero, que se sepa, hasta la fecha ni el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, ni el secretario de Gobierno Eric Cisneros, ni el secretario de Salud Roberto Ramos Alor, ni la directora del DIF Estatal Rebeca Quintanar Barceló, han realizado una visita a los municipios afectados, menos han realizado un sobrevuelo (lo pueden hacer en helicópteros de la Secretaría de Marina o de Seguridad Pública) para que se den una idea del tamaño del problema, ni tampoco se sabe que hayan organizado brigadas sanitarias y de ayuda alimenticia que asistan a los veracruzanos en desgracia.

Recomienda cuidados pero no usa cubreboca

Pero, por lo que vimos el sábado tanto en fotos como en videos, uno y otro, los dos primeros, tienen cosas más importantes que hacer como andar chapeando maleza en Xalapa, tarea en la que el titular del Ejecutivo mostró una faceta más de su personalidad: la de jardinero municipal, nivel al que ha llevado su investidura y la representación que tiene de más de ocho millones de veracruzanos.

Ese día, las imágenes los mostraron chapeando para quitar la maleza que creció en lo que fue un área ajardinada en la salida de Xalapa rumbo al puerto de Veracruz. La acción desató una lluvia de críticas en las redes sociales y ya ni se diga de memes que dejaron maltrecha la imagen oficial.

Antes, en febrero pasado, el gobernador debutó como pintor de fachadas de casas en El Tajín, municipio de Papantla. Su argumento entonces fue que con ello trataba de rescatar la cultura prehispánica de la participación comunitaria en la solución de sus problemas y anunció que la tarea se haría todos los fines de semana y los días de descanso obligatorio, y que tendrían que participar los secretarios, los funcionarios y los diputados (de su partido). Pero ninguno de ellos salió a barrer siquiera el frente de sus casas el fin de la semana siguiente y seguramente ni lo harán en el resto de sus días.

Ahora, una versión periodística manejó que quería poner el ejemplo para que quien vea maleza en el camellón de su calle haga lo mismo a fin de mantener limpia la ciudad, aunque no se debe olvidar que al ciudadano se le cobra un impuesto por limpia pública, aparte del impuesto que paga por el predial que incluye la dotación de servicios públicos.

Habrá quien diga que de que no haga nada o que no tenga otra cosa que hacer, aunque sea eso.

Extraña que haya recomendado a la población (RTV Noticias) “que no relaje los cuidados que se han mantenido para evitar los contagios de coronavirus”, luego de que Veracruz pasó al color naranja, aunque, ¡ay!, su faena y su recomendación la hizo ¡sin cubrebocas ni careta protectora!, como se demostró con las imágenes de su chapeo, cuando Xalapa está en semáforo rojo, poniendo muy mal ejemplo. O sea, predica con el mal ejemplo.

Creo que él o quienes lo (mal) aconsejan o lo (mal) asesoran están equivocados: los veracruzanos que votaron por él no lo eligieron para jardinero municipal sino para que gobernara (inseguridad, violencia, feminicidios, secuestros, desempleo, falta de fuentes de trabajo, crisis económica, falta de medicamentos para niños enfermos de cáncer, etc.). La Constitución Política del Estado, en su artículo 49, señala cuáles son sus atribuciones y en sus XXIII incisos en ninguno dice que debe andar de pintor o de faenero.

Lo que hizo es una responsabilidad que le corresponde al alcalde Hipólito Rodríguez, quien tiene abandonada la ciudad con el pretexto de la emergencia sanitaria y no ha sido capaz de idear o instrumentar un grupo de trabajo emergente que atienda la situación.

¿Precampaña para tratar de retener Xalapa?

Me llamó la atención que el gobernador salió a realizar su tequio con el mismo uniforme con el que pintó fachadas de casas en El Tajín: pantalón de mezclilla, playera color guinda (el oficial de Morena), expresamente mandada a imprimir, con grecas blancas aztecas en la falda de la prenda con la leyenda: “Orgullo Veracruzano”. Solo faltó que le pusieran: “Vota por Morena”.

La faena pudo haber sido un acto de precampaña para tratar de fortalecer la imagen de su partido en el municipio, imagen dañada seriamente por el alcalde Hipólito Rodríguez, ante el último lugar en que aparecen en las encuestas todos los candidatos morenistas a la alcaldía y la muy seria posibilidad de que pierdan la elección en forma contundente.