“Por orden de importancia sostengo que el principal beneficio que estamos dando a ese sector reside en conseguir la paz y la tranquilidad en México, como todos sabemos ningún mal se equipara a la violencia y nada es más valioso que vivir en paz, con tranquilidad”, dijo en su informe conmemorativo de la victoria electoral de 2018 el presidente López Obrador. Pero al mismo tiempo dos lamentables hechos hacían contraste con sus palabras: En Irapuato, Guanajuato, fueron masacradas 31 personas hacinadas en un centro de rehabilitación, y por las redes circulaba un tuit de autoría atribuida a la esposa del mandatario respondiendo acremente a quién solicitaba apoyo a los niños con cáncer: “No soy médico. A lo mejor usted sí. Ande, ayúdeles”, fue la tronante respuesta. Aunque la señora Gutiérrez Müller ofreció disculpas, las benditas redes sociales ya habían circulado la ríspida respuesta urbi et orbe. Mientras, el COVID-19 sigue su imparable marcha mortífera en México sin obstáculo alguno. Poco queda para el festejo.
