*De Vince Lombardi: “Nada iguala a la victoria”. Camelot
NO UN DOMINGO CUALQUIERA
No era un domingo cualquiera. No podía serlo. Era el domingo de la final del Super Bowl, donde los gringos se atascan con los aguacates de mi tío, los Hass, aunque el tío no lo sepa. El domingo que, desde las cinco, uno se apoltrona en el reposet y aplasta su humanidad para ver el desarrollo de los juegos. Ahora hay cinco opciones para verlo, las televisoras nacionales de cadena: Televisa, Tv Azteca, Fox Sport y ESPN y hasta Telemundo, si la agarras por Roku. Nadie como ellos para hacer espectáculos tipo Hollywood. Nadie los supera, por eso los comerciales de 30 segundos llegan a valer 6 millones de dólares. Uno debe escoger canal por los comentaristas, la señal es la misma y se apoyan con sus cámaras a ras de pasto, a mí me gusta Pepe Segarra, de Televisa Canal 5, pero cuando los tuve un rato y vi que encimaban comerciales en las jugadas, zapee hacia Fox Sport, que tenían la señal limpia. Los paneles de conductores con comentaristas de lujo, como el paisano Raúl Allegre, dos veces ganador como pateador del Super Bowl con Vaqueros de Dallas, quien tuiteó que se había guardado un momento de silencio en honor de Kobe Bryant y las personas fallecidas, en la yarda 14 del Hard Rock Stadium, confieso que eso no lo vi, pero buscaré la repetición porque debió ser momento emotivo. Como emotivo es cuando cantan God Bless América y su Himno Nacional y ves a los aviones caza sobrevolando ese estadio. Eso solo ellos. Luis García se coló entre los comentaristas de Azteca y desde ahí mandaba sus selfies, con ser él comentarista pero del soccer, como le llaman los gringos al otro futbol. Antonio de Valdés, Enrique Burak, Enrique Garay y Joaquín Castillo, Ciro Procuna, John Sutcliffe, Javier Tello, Carlos Rosado, Coello y Emilio León, todos ellos por sus canales de televisiones.
EL JUEGO Y MEDIO TIEMPO
El juego tal y como se esperaba y los Walter Mercado habían predicho. Apretado. Tuvo que venir la magia de Mahomes, ese chamaco corebak (quarterback) de Kansas, que a sus 24 años y después de solo dos temporadas en la NFL ya carga el trofeo Vince Lombardi del jugador más joven de ganarlo, además, una cereza extra fue que se le designó el Más Valioso del Juego. Mahomes dijo días antes que les había traído suerte jugar en el Estadio Azteca de México, pues desde allí ya no perdieron juego, andaban como el Cruz Azul, dando pena, pero desde ahí se fueron hasta esta final a levantar el Vince Lombardi. El show de medio tiempo gustó. La parafernalia en su esplendor. Los tuiter lo aprobaron, unos lo consideraban el mejor hasta el momento, pero alguien les recordó por allí que un año de hace un tiempo (1993), existió un cantante llamado Michael Jackson, que sublimó el medio tiempo del Rose Bowl en Pasadena, California, considerándolo el mejor de la historia de los medios tiempos. Las anécdotas del recuerdo brotaban, aquella vez que a Janet Jackson se le salió una chichi y los puristas se persignaron. Madona, Lady Gaga, Katie Perry, muchas memorias de tiempos idos. Conocedores puros, aseguran que el mejor Halftime fue el de Michael. Shakira y JLO hicieron buena dupla, la esposa del Piqué sacó la lengüita en una de esas canciones, y los memes brotaron. Espectáculo digno de una final de NFL. Los traseros y las curvas de ambas dos (Fox dixit) alegraban a la perrada que en las yardas de ese estadio gritaban y aullaban como locos. Latinos muchísimos, en el estadio se dejaban ver algunas banderas mexicanas, para quienes tuvieron suerte y pasta para comprar esos tiquetes carísimos. Eran los 100 años, y si vivo cien años, cien años pienso en ti, diría Pedrito Infante. Los gringos son amantes de la guerra, tuvieron que llevar en sillas de ruedas a cuatro veteranos de la Segunda Guerra Mundial, quienes a sus cien años lanzaron la moneda del volado, cosa que les agradó a ellos, a nadie más. Esos viejitos debían estar en casa viéndolos, o en los hospitales. Era mejor invitar a cuatro inmigrantes, a los que Trump les pone muros.
