EL ORIZABEÑO CORDOBES (ERNESTO LAMMOGLIA)

Lo dijo el expresidente José Mujica: “México no se hizo de izquierda, sino que estaba harto”. Camelot.

EL ORIZABEÑO CORDOBES (ERNESTO LAMMOGLIA)

No causó asombro en la red, porque AMLO lo distingue con su amistad. En sus redes sociales el presidente subió un texto y una foto con Ernesto Lammoglia, donde le agradecía visitarlo y lo reclutó para que le ayude en la lucha contra las adicciones. Lammoglia es experto en eso: médico siquiatra y criminólogo, aun lo recordamos con sus 20 años en su programa de radio muy escuchado. Un orgullo para Veracruz. La apreciada familia Lammoglia viven entre Córdoba y Orizaba, fueron cordobeses porque allá su madre se iba a aliviar al hospital, pero son orizabeños puros, incluido el Vale Lammoglia, su hermano, uno de los mejores decimeros de Veracruz. Bien por eso, presidente, será una gente que te va a ayudar, entre tanto inútil que tienes en el Gabinete.

39 AÑOS SIN LENNON

Muchos recordamos aquel infausto día de un diciembre como hoy, a 39 años que un loco mató la música, mató a John Lennon, mató a Strawberry Fields y mató las esperanzas que todavía el autor nos tenía para los años venideros. El crimen muchos lo recordamos. El criminal, Mark David Chapman, un locochón que buscaba la inmortalidad, como quizá la buscó Lee Harvey Oswald, acusado de matar a JFK, aunque sin comprobarlo. O el mismo John Wilkes Booth, al cometer el primer magnicidio al asesinar al presidente Abraham Lincoln. Lennon era un mito de la música, separado de Los Beatles vivía para su música y para su esposa, Yoko Onno y para criar a su pequeño hijo, todo eso interrumpió el killer que, después de asestarle de tiros en el edificio Dakota, en una calle neoyorkina frente a Central Park, adonde cada vez que voy me doy una vuelta y me tomo una foto, se sentó a leer un libro. El criminal le pidió un autógrafo, que el músico le dio, y lo esperó al regreso para liquidarlo. Luego, se sentó en la banqueta y aguardó a la policía leyendo lo que se ha considerado un Libro Maldito, el de J. D. Salinger: ‘El guardián entre el centeno’. Libro con 65 millones de copias vendidas. Y algunas películas del raro autor. El libro narra básicamente varios días de la vida de Holden Caufield, un despierto adolescente de 15 años que en la víspera de la Navidad es expulsado de su instituto y que se va de viaje a Nueva York para ver a su hermana menor Phoebe, pasando en el interinato por numerosos chascarros, como una borrachera que agarra en un bar o un encuentro no consumado con una prostituta: “¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir?…Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él. En cuanto empiezan a correr sin mirar a donde van, yo salgo de donde estoy y los cojo. Eso es lo que gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único de verdad que me gustaría hacer. Sé que es una locura”.

HISTORIA DE DOS CIUDADES

Historia de dos ciudades, Charles Dickens (1859). “Era el mejor de los tiempos y el peor; la edad de la sabiduría y la de la tontería; la época de la fe y la época de la incredulidad; la estación de la luz y la de las tinieblas; era la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación; todo se nos ofrecía como nuestro y no teníamos absolutamente nada; íbamos todos derechos al cielo, todos nos precipitábamos en el infierno”. Estas palabras pertenecen a las páginas de Historia de dos ciudades, una novela escrita por Charles Dickens que tiene como telón de fondo el París de la Revolución Francesa y la ciudad de Londres. Es la primera más vendida del mundo, con más de 200 millones de ejemplares.

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