En recientes elecciones los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática participaron en alianza, calificada en su momento como descabellada y “antinatural” por Cuauhtémoc Cárdenas, debido a las diametrales diferencias de sus respectivos planteamientos ideológicos. Pero las actuales circunstancias apremian y apartan los asuntos ideológicos en privilegio de fructuosos pragmatismos electorales, porque ganar es la primera premisa. Pero si la referida alianza pudiera ser “descabellada” ¿cuál calificativo aplicaríamos a la alianza de MORENA con el Verde Ecologista? Porque este partido sustancia una de las causas del hartazgo ciudadano respecto a los partidos políticos, y es caso paradigmático por su versátil inclinación a aliarse con el Poder en actitud burdamente utilitarista; ya hizo alianza con el PRI y con el PAN, ahora pone su franquicia a disposición de MORENA. Dicen bucólico refrán: “víbora que muerde una vez, muerde dos veces” o, mejor, “quien traiciona una vez, traiciona siempre”. Pero se trata de ganar “haya sido como haya sido”, decía el clásico.
