Si bien el descarte de México Libre deja en la reflexión y la especulación ciudadanas un mar de conjeturas, pero el hecho irrebatible señala la incorporación de tres partidos políticos más en el escenario político electoral de México: Encuentro Solidario (PES), Fuerza Social por México (FSM) y Redes Sociales Progresistas (RSP), las dos primeras con fuerte nexos en el gobierno federal y la órbita de esta última se asemeja la de un satélite en torno a MORENA para hacer sinergia legislativa. De esta forma se configura un frente partidista que sin duda fortalece al gobierno de López Obrador. No hay democracia sin partido, y su nutrido número (diez del orden nacional, más los de vigencia local) abre el abanico de opciones a la ciudadanía, que debiera ser el Frente más importante, pero la ausencia de madurez participativa condiciona al votante a ser rehén de las dádivas y promesas de cumplimiento vano, regenerando la partidocracia en beneficio de la clase política y la exclusión del interés general. Así ha sido en México, por los siglos de los siglos…