EN UNA CABINA 

*La radio marca los minutos de la vida; es diario, las horas, el libro; los días. Camelot.

 

EN UNA CABINA

 

Amanece el 14 de septiembre como El Día del Locutor. Instituido en 1957 por Francisco Neri Cano, según Wikipedia. Entonces una de mis hijas me felicitó muy de temprano, Belén, por mis tiempos cuando anduve por ahí, y me acordé de mis años mozos del Rock, cuando desde una cabina comenzamos nuestros pininos de comunicadores, un oficio bello, que no se olvida. Y me remonté a mis primeros pasos desde mi pueblo, Tierra Blanca, cuando pequeño ayudaba a los locutores a manejar las tornamesas y los casetes de publicidad, en aquella señera XEJF, a mis pocos años de juventud cuando también comencé a ganar mis primeros pesos, que eran muy buenos. Y recordé al legendario Alberto López Cosío, un locutor de voz gruesa y engolada, y a Armando Rosas y a Rivas, una tripleta que con mi padre Enrique al frente, como gerente, llevaron a esa radio por caminos buenos del recuerdo. Luego voló mi mente a Veracruz, donde las dos estaciones XEFM Y XEQT, La Pantera, ambas de don Carlos Ferráez Primero, cuyo gerente era mi brother Enrique, brindaron una buena época de radio. Allí conocí a Ramiro Garza, el gran programador de Radio Variedades, el mejor de todos, padre de artistas. Un tipo brillante. Y los locutores de aquel tiempo, el muy recordado Juan José Arredondo, buenísimo para la cabina, y Noguera, Juan Correa, Pepe Guerrero, el dirigente sindical, Felipe Ortega, Nelson Juárez. Sin olvidar a Lázaro Murcia, que hacía de ingeniero de grabación. Y el también muy recordado, Carlos Girón Mirón, (El Querido), con quien viajamos luego a estas tierras orizabeñas a inaugurar la XEOV Radio Moderna, estación que ahí sigue dando alegría a la audiencia. Y donde aquí me quedé por siempre y para siempre.

 

ESOS FUERON LOS DIAS

 

Buenos tiempos de la época de los locutores. Recuerdo a dos muy brillantes, Rafael Murillo y Murillo y Marco Aurelio Moncada Krauus, de raíces orizabeñas, Marco Aurelio era el mejor microfonista cabinero, un día apareció en Radio Mil de la capital y se convirtió en el número uno de la audiencia. Chingón. Locutores fueron todos primero, el mismo Jacobo (Zabludovsky) primero fue locutor y luego se llamó reportero de noticias. Todos se destetaron en una cabina con micrófono, desde aquellos legendarios de la XEW La Voz de la América Latina desde México: Leopoldo de Samaniego, Ricardo Vate López Méndez, Alonso Sordo Noriega, Manuel C. Bernal, Pedro de Lille y Pepe Laviada. Gente muy brillante en los micrófonos. Y en Orizaba, a mi llegada allá por 1968, presente lo tengo yo, con los hermanos Reneaum, José Luis y Miguel (fallecido) y con Ángel Marín Melchor, también fallecido, echamos a andar un proyecto orizabeño de radio, la XEOV Radio Moderna, que creó todo un estilo en programación moderna, con Jesús Monterd Ordoñez y el ingeniero Ángel Lozano y la fiel secretario, Trino Poceros. Sin olvidar en la radio de enfrente, XETQ, al querido y bien recordado Sergio Tinoco Solar, el Payasito de la Tele y gran director de películas de cine independiente. Aquí llegaron todos los artistas nacionales en promoción, aquí, como en Tierra Blanca, se hacían buenos aniversarios. Aquí conocí a mi esposa y me casé y he tenido cuatro hijos y cinco nietos, y aquí me tocó vivir, diría la Pacheco y aquí he sido feliz, porque esos fueron los días de tiempos de radio, hasta que un agosto de 1973 tomé otro camino empresarial y aquí sigo por mi cuenta, ahora en el prurito de escribir por simple gusto y vocación tardía, porque ya no hay más cabina. Those where the day, my friends. (Esos fueron los días, mis amigos).

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