“No mataron al presidente de Uruapan. Mataron al mejor presidente de México, al único que se atrevió a levantar la voz.”. Gracia Quiroz, viuda de Carlos Manzo.
EL CRIMEN FUE EN URUAPAN
El crimen ensombreció al país y puso al gobierno de Claudia Sheinbaum en las críticas de las redes. Tanto que, por la mañana del domingo, el equipo del Gabinete de Seguridad se reunió en Palacio y salieron a una conferencia.
Qué ocurre que a los narcos y delincuencia organizada no los detiene ni aterra nada.
Favorece el crimen a Donald Trump, cuando asegura que México está gobernado por los narcos. Aunque no era muy conocido el alcalde, la gente comenzó a solidarizarse, porque había enviado vía redes un grito de auxilio y protesta a la presidenta Sheinbaum, de que se necesitaba protección en ese sitio.
Poco después, resultó que sí tenía seguridad de la Guardia Nacional con 14 elementos, y la gente se pregunta, entonces de qué sirve que tengas seguridad así, si llegas y te disparan y te matan
Era un alcalde excepcional, aseguran, Carlos Manzo, que sabía lo que hacía, Solía ir siempre con su chaleco antibalas, pero ese día se confió y al lado de uno de sus hijos, a quien abrazó poco antes de morir, salió sin esa protección.
Los fiscales dicen que fueron tres de los siete tiros, tres dieron en el pecho y uno cerca del corazón, el que lo mató.
Eso originó que la mañanera del lunes, la presidenta Sheinbaum con su equipo de Seguridad diera toda la información y criticara la derecha, como si la derecha empuñara el arma y jalara el gatillo.
Enrique Krauze fue demoledor: “Es indignante la reacción presidencial ante el asesinato de Carlos Manzo, pero no sorprende: la absoluta frialdad ante el dolor ha sido la divisa de este régimen. El mexicano está desamparado. La historia los juzgará, pero mientras tanto México se desangra”.
ALCALDES BALEADOS
En México son muchísimos los alcaldes y periodistas muertos por el crimen. Pasan a ser una estadística. Aseguran que este crimen solo costó 50 mil pesos, y al sicario que mataron allí mismo, seguro se lo envían a su familia. No hay manera de ir contra ellos. Contratan a un sicario necesitado de dinero y ese llega, mata y cobra, o entrega su vida. Jamás detendrán al autor intelectual, porque son los más grandes capos de las drogas.
Así ocurrió con el atentado a Ciro Gómez Leyva, es el día que, aunque hay detenidos, no saben quién lo mandó a matar, aunque Ciro y mucha gente sospecha quién fue.
Frente al crimen, el Estado no debe tener más que una actitud, y es la guerra.
No hay otra. Los abrazos y no balazos nos llevaron a eso, mientras que quién los instruyó vive rodeado de soldados que lo cuidan, debía salir a la calle solo a ver cómo le va.
Alcaldes vienen y van y los que se mantienen callados, medio libran la batalla, pero quienes gritan y ponen en alerta a los delincuentes, terminan por caer. No les importa el sitio. Alcaldes que son críticos, debían de dejar en aparecer públicamente. No es posible sobrevivir, el Estado no puede garantizar su vida.
Y por el otro lado, no hay pena ni gloria, solo queda echarles la culpa a Calderón y Peña Nieto, que andan muy atrás en la vida y en los años, pero a alguien hay que culpar.
El País: “¿Qué debemos hacer?“, se ha preguntado la mandataria, que ha desplegado una política de Seguridad en el país que ha puesto las detenciones en el centro: 35.000 en lo que va de sexenio. Toda la fuerza del Estado. La fuerza del Estado es la justicia. Hay quien pide, como ocurrió con la guerra contra el narco, la militarización y la guerra: eso no funcionó. Es más, fue lo que llevó a la situación de violencia en Michoacán”, ha respondido Sheinbaum, que ha cargado contra los Gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto”.























