NAHLE… MESURA

NAHLE… MESURA

Salvador Muñoz

Los Políticos

 

Apenas había iniciado la tragedia en la zona norte de la entidad, y ya se había advertido sobre la vara con la que se podría medir  el lamentable suceso: en tiempos de crisis se mide el tamaño de las instituciones… pero también el de los políticos, el de la oposición, el de las personas.

Las inundaciones que azotaron hace un par de semanas la zona norte de Veracruz –Poza Rica, Álamo, Ixhuatlán, Tempoal y El Higo– han sido una prueba dura para todos, pero también un espejo, porque mientras unos se arremangaron la camisa y se metieron al lodo, otros aprovecharon el lodazal… para lanzarlo.

Así, mientras unos ven la oportunidad de hacer un festín en torno a la Gobernadora, más de 600 unidades de maquinaria pesada se mueven todos los días en esas regiones, retirando escombros, abriendo caminos y restableciendo accesos.

Así, mientras hacen planes para madrear por aquí y por allá a la GoberNahle, el Plan DN-3, el Plan Marina y el Plan Tajín trabajan hombro con hombro con los gobiernos locales para devolverle a la gente algo tan básico como la tranquilidad.

Así, mientras por redes sociales se reparten chistes de la revocación de mandato para Nahle, allá, en la Zona Cero se reparten comidas calientes, se aplican más de 50 mil dosis de vacunas, se entregan medicamentos y se realizan traslados aéreos para los más vulnerables.

Y no, esto no es un boletín de prensa, es parte de una realidad, la que hace que aflore lo mejor o lo peor de cada persona… de cada político, sea de la Oposición o sea del partido en el poder…

¿Se vale? ¡Claro! Si no, no tendríamos leña del árbol caído, ni ganancia de pescadores, o a nadie le amarga un dulce…

Podrá gustar o no el estilo de la Gobernadora Nahle (en lo particular, para nada me agrada), pero no se puede ser omiso para no reconocer que se ha fletado recorriendo las zonas afectadas y atender directamente a los damnificados… está dando la cara… quizás debería desatender la grilla, evaluar qué tanto hacerle el caldo gordo a sus críticos de mala leche… pa’ qué responderles! Conque responda a quienes debe y se debe, basta.

Claro, insisto, se entiende… pero como en todo desastre –lo dijimos y lo repetimos– hay quienes no pierden oportunidad para sacar partido. Esa agua que llegó al cuello de las familias, algunos actores políticos la vieron como oportunidad para treparse a un trampolín.

Aparecen indignados, dolidos, solidarios… hasta que uno rasca tantito y ve que lo que realmente les duele no es la gente, sino no haber sido tomados en cuenta.

Ahí está el caso de Emilio Olvera, quien al no recibir la atención política que esperaba, decidió ponerse la camiseta de víctima. El problema es que en su afán de protagonismo acabó pareciendo victimario, lanzando ataques e injurias contra la propia mandataria estatal y hasta a sus vecinos… triste espectáculo.

Y hablando de vecinos, parte activa de la respuesta ante esta crisis, fue la sociedad civil… primero, la que respondió de inmediato para ayudar al vecino; luego, la que respondió con víveres y ayuda en las tareas pesadas de mover escombro, barrer basura y jalar lodo. Una solidaridad ejemplar. Sin reflectores, sin hashtags, sin cálculo electoral ni likes. Gente que no lucró con el dolor ajeno y que entendió que cuando el agua se mete a las casas, lo que se necesita son manos, no discursos.

Y lo más destacable: más de 10 estados del país han tendido la mano a Veracruz. Esa solidaridad de fuera demuestra algo que muchos aquí olvidan: Veracruz se respeta y se valora. Afuera se ve el trabajo, aunque adentro, algunos prefieran ver solo la grilla.

Porque si algo ha dejado claro este episodio es que la politiquería nunca descansa, ni siquiera cuando hay damnificados. A algunos parece dolerles más el trabajo de unos que la tragedia de otros. Así, desde la comodidad de la oficina, de la camioneta, haciendo el “Live”, unos pepenan mientras otros actúan.

El Gobierno en sí, tiene que informarnos de lo que hace, con datos fríos, de sus resultados, de sus metas a corto, mediano y largo plazo en la Zona Cero, aunque por ser sujeto de observación, ser objeto de crítica, ser objeto del deseo (por parte de la Oposición), las observaciones que de él hagan están cargadas de todo, menos de mesura; hay pasión, posición fácil, circunstancias, pero sobre todo oportunismo. En pocas palabras, el Gobierno hace su trabajo; la oposición hace su chamba.