Epístola

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Epístola

 

Mar Levet

 

Estimado padre de la nación de México en turno:

¿Qué está pasando?

Desde que el Embajador de Estados Unidos en México lo visitó hace casi un año -en el mes de abril-, ha estado usted muy raro, como vuelto loco.

¿Se enojó usted, acaso, porque Joe Biden envió a Ken Salazar -un estadounidense que habla muy bien español- a darle a usted un muy merecido jalón de orejas por permitir que se siga difundiendo el fentanilo de manera tan cínica aquí en México y Estados Unidos?

Desde 2018 he sido testigo de su lucha en contra de la prensa. La más inteligente y mejor manera siempre ha sido mantener a los periodistas bien informados en lugar de quitarles la palabra y sus derechos. En cambio, usted ha osado a provocarlos publicando en su cuenta de X una foto con el padre y el medio hermano de Julian Assange (creador de WikiLeaks) para hacer ver que (falsamente) se lleva bien con ellos y está a favor de la libertad de expresión.

Y por eso, ahora que su salud está deteriorada y muchos usuarios de redes sociales hacen suposiciones al respecto -porque sus voceros no hablan claro-, hace usted ver a esas especulaciones como si fueran catastróficas, derrotistas y malaleche. Sí que sabe usted utilizar las falacias para su sola conveniencia.

Permítame informarle que ningún ser humano hasta ahora –ni los mismos filósofos- ha podido soportar tanta contradicción dentro de su mente. Si intenta seguir como lo ha hecho durante lo que lleva de su muy aferrado sexenio, su mente va a estallar.

Preferible para todos nosotros –hijos de la nación mexicana- que estalle su mente y no un golpe de estado.

Que la paz sea con usted, señor presidente. Le deseo una improbablemente sana conclusión de su mandato.

Sí, quiero y deseo de todo corazón que llegue vivo.

 

@marger.deleon

 

 

 

 

La matanza de Tlatelolco fue una decisión tomada por Díaz Ordaz para que las olimpiadas se dieran a cabo sin marchas ni protestas de los muy bien educados estudiantes.

Las consecuencias de esa tonta decisión fueron mayores. Claro que sí se cancelaron las olimpiadas y claro que debe estar ardiendo en el infierno ese intento fallido llamado equívocamente el presidente, pero la peor consecuencia de todas fue la falta de educación hacia los ciudadanos mexicanos.

Claro que es más fácil manejar a las masas cuando no saben lo que está pasando a su alrededor. Claro que cayó en picada la academia mexicana.

Hoy, en el año 2023, si un alumno tiene talento y en su propia familia hay gente que no fue educada, lo van a guiar hacia la mediocridad. Pero no todas las familias en México son así. Muchas familias tienen gente que sí logró el milagro de prepararse en este infierno estudiantil. Y esas familias crían a niños con buenos hábitos y muy conscientes del mundo exterior. Si sumamos los avances tecnológicos y las escuelas privadas y un buen ambiente familiar, tendremos excelentes resultados y todos, desde Guadalupe Victoria hasta López Obrador serán olvidados, como siempre debió de haber sido.

Luis Echeverría como Presidente (1979-1976) el que decidió darle al traste a la calidad educativa.

Su primera medida: quitar la reprobación en las escuelas normales.

 

Situación en la Ibero