LAS CINTAS 

*El tiempo pasa y nunca vuelve atrás. Camelot.  

 

LAS CINTAS 

 

Como es tiempo de frio y cena de Nochebuena y llega Nochevieja, como dicen los españoles, habría que meterse al cine en casa. Encender el Roku o el Netflix o lo que se tenga y ver dos buenas cintas. Una de ellas llamada The Independent, trata de los temas electorales, cuando una periodista del Washington Chronicle, descubre una trama de un candidato presidencial de Estados Unidos, independiente, que ni es republicano ni demócrata, y los periodistas van descubriendo poco a poco, al estilo del Washington Post cuando el Watergate, la trama y al final entra la siempre discusión si cubrir el pillaje o ejercer la libertad de expresión. La otra es de Netflix, con un buen elenco, bien hecha, bien filmada. Con Richard Gere como un psicólogo que entra en el mundo de los enfermitos de la mente y donde aparece el otro actor grande, bueno, pequeño pero grande, aquel pequeño de Juego de tronos. El psicólogo enfrenta a tres enfermos que dicen ser Jesucristo, también fue llamada la película, Tres Cristos o Estado Mental, y allí se va desarrollando en un hospital psiquiátrico, los problemas cuando las enfermedades mentales eran tratadas con electroshocks, y que el psicólogo se oponía a ellas. Una buena cinta, véanla. Otra que, en la tarde de ayer, de recalentado, allá como a las 7 de le noche comencé a ver Eiffel, la historia de Gustav, cuando, después de blindar con hierro por dentro la Estatua de Libertad y exhibirla con orgullo en Nueva York, los franceses lo conminaron a que hiciera una obra grandiosa, ya que llegaba la Feria Mundial de Comercio. Eiffel y su grupo ya trabajaban en una Torre, que según esto estaría en funciones el tiempo de la exposición y unos 20 años. Al principio tuvo quejas de los pobladores, que era un adefesio, nadie más que él vislumbraba que sería una obra maestra que engrandecería a Paris y pondría, desde su inauguración, más de 300 millones de visitantes, entre ellos el killer Adolf Hitler, que cuando visitó Paris se fue al Trocadero a ver esa obra maestra de la ingeniería, el rey del hierro logró armarla y tenerla a tiempo, en una película donde mezcla su amor por una mujer y su pasión por construir la torre. 

 

LAS CARRETERAS VERACRUZANAS 

 

Ayer en el retorno de los que se quedaron al recalentado, reportaron saldo blanco en las mugres autopistas y casetas de Capufe de la región. Como la gente se quedó en casa, la caseta de Fortín tenía vía libre, al igual que la de Cuitláhuac y Paso del Toro, que ahora se convirtió en un dolor de cabeza del gobierno federal (por la autopista) y del gobierno de Cuitláhuac (por el tramo estatal), quedan pocos días para que ejerzan el presupuesto o deban devolver 5 mil 500 millones de pesos de la SIOP, según denuncian los políticos de oposición y eso es un delito que se debe castigar. Quién no ejerza los recursos federales, deben ser pasados por la guillotina, como en el viejo París, pero no, he aquí que son aplaudidos por el presidente, porque esa lana que camina para atrás les sirve para Dos Bocas, el Tren Maya y los programas sociales, por eso cada vez que AMLO llega a Veracruz le pone una estrellita en la frente al gobernador Cuitláhuac y luego nos lo enjareta como un Ruiz Cortines en potencia, al que solo le falta el sombrero Tardán y dejar de bailar Cumbia que te vas de ronda, porque Adolfo Ruiz Cortines no bailaba ni la Bamba. Era serio el viejito. 

 

EL TAXISTA ORIZABEÑO 

 

En estos días de duro cierzo invernal, suelo dejar el auto y tomar taxis como un neoyorkino. Debía venir caminando como cronista de a pata, según Othón, pero no puedo por la dura gripe que me acompaña y a veces me quiere doblar. Me gusta platicar con ellos, son los pregoneros de las cosas de la ciudad. Hacia un frio del carajo, de 10 grados y Yo mero iba encapuchado: gorra de Real Madrid, cubre bocas y chamarra hasta el cuello. Me preguntó de sopetón y dio mi nombre, le dije que sí era Yo Mero. Traía un periódico El Buen Tono y me aseguraba que me estaba leyendo a diario, le agradecí y le dije siguiera comprando los periódicos, porque no hay nada como la prensa escrita y de papel. Su nombre Nicolás González, del taxi 690/Orizaba 

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