EL TERCER IMPLICADO 

*Marco Antonio al lado del cadáver de César: “El mal que hacen los hombres les sobrevive; el bien queda sepultado en sus huesos”. Camelot. 

 

EL TERCER IMPLICADO

 

No hacía falta ser Sherlock Holmes ni hacerle al Ampudia que todos llevamos dentro, para dilucidar que la caballería de Morena, como en los tiempos de guerra de Napoleón, buscarían al culpable del quebranto y la tragedia del Metro, la Línea 12 de la muerte. No había que buscar una catarina entre la arboleda, para entender que iban sobre Miguel Ángel Mancera, uno de los tres sospechosos de esa tragedia mortal. Hace unos días escribí que solo había de tres sopas, o las bebían o las derramaban, la primera sopita era Marcelo Ebrard, el constructor de esa línea, el segundo era Mancera, el que la recibió y le hizo un sospechosísmo, porque la detuvo por fallas en su construcción, y la tercera era la mujer de apellido impronunciable, Claudia Sheinbaum, que no le dio el mantenimiento y no solo eso, le redujeron el presupuesto y se quedó callada y todavía tuvo subejercicio. Para quemarla en hoguera. Entre estos tres y AMLO, han gobernado la Ciudad de México por dos décadas. Se salvó Carlos Slim (con él nadie se quiere meter, el miedo no anda en burro), ya que su compañía ejecutó buena parte de ese tramo fallido y mortal. El zipizape llegó hasta el Senado. Una morenista, que frutas vendía, ciruelas, chabacano, melón y sandía -acusada por el antiguo director del Metro de Mancera, de haber sido enviada por Marcelo Ebrard-, pidió en plena tribuna el desafuero de Mancera, ya ven ustedes que ahora pedir desafuero está de moda, aunque el violador de niños ande tan campante, los pelos se pararon de punta, escupían para arriba porque, aunque Mancera ahora huele a leña de otro hogar, no dejó de ser de ese equipo que ha gobernado la Ciudad de México. Son como el Cruz Azul, que cuando les llega la liguilla no saben qué hacer y aprietan aquellito y normalmente son eliminados. Como Ricardo Monreal sintió ese peligro, intentó detener esa avalancha que bajaba como nieve, pidió una tregua, nada de desafueros y señalamientos, pedía, mientras a gritos las diputadas de oposición y Morena se enfrascaban en una pelea como la del Canelo, solo que sin golpes. Esta historia continuará. Una gran mayoría apuesta a la impunidad. El dictamen dirá que falló la estructura y a otra cosa mariposa, urge porque esa lumbre les está llegando y el 6 de junio, quizá les queme en leña verde, más ahora que la madre del niño Brandon reapareció, llegó y le dio una sanfilipa al presidente, acusándolo de insensible e indolente, cuando dijo aquello de: Al carajo, mis valientes. To be continued.

 

LOS AGUACEROS DE MAYO

 

El cambio climático nos atosiga. Cantaban el dueto, Los Bribones, que los aguaceros de mayo tuvieron la culpa que fueras infiel. Los tiempos son cambiantes, cuando hay sequía, la hay de a deveras, cuando hay frió, cala hasta los huesos, y cuando llueve, como ayer, inunda ciudades como Xalapa, que tiene uno de los peores alcaldes de Veracruz, y eso originó que, quien busca sucederle, Ricardo Ahued Bardahuil, fuera, como lo hacía Fidel Herrera Beltrán en sus tiempos de gobernador, a mojarse y meterse con el agua hasta la cintura, lo que no previó Ahued es que no conocía la casa de una votante y se dio una zambullida como se las daba Johny Weismuller, el Tarzán original, cuando se lucía ante Jane, su novia. Se levantó Ahued en chinga (eso es rápido), sacudió su melena alborotada y mojada (eso no, tampoco, no tiene pelo) y dijo estoy listo, como clavadista de la Quebrada de Acapulco, los vecinos le habrán dado un té caliente, para que se le fuera el frío, porque el agua es canija y helada, gajes del oficio, dirían los políticos. Inundó Xalapa, y esa nota se fue hasta los noticieros nacionales, aquí en Orizaba pegó dura, pero nada del otro mundo. Arboles caían, gente corría porque, esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú, diría el inmortal Manzanero. Es muy cierto el por qué ahora papá Biden quiere volver a meterle todo el dinero a los acuerdos del Cambio Climático, donde el mamón Trump sacó a Estados Unidos del Acuerdo de París, que son los que vigilan en el mundo el cambio climático, por eso vemos ahora a los glaciares perdiendo hielo y a las ballenas despistadas no encontrando sus aguas para aparearse. Y las tormentas y las inundaciones y las sequías.

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