Las «finísimas personas», según López Dóriga

En su respuesta al presidente López Obrador por haberlo mencionado irónicamente en una lista de presuntos candidatos del bloque opositor, el periodista Joaquín López Dóriga le opone una lista de “finísimas personas”, entre las cuales incluye al gobernador de Veracruz Cuitláhuac García “que le rio tanto su ocurrencia”, “ese es una finísima persona, y si no, al tiempo porque creen que llegaron al gobierno para siempre”. Esta alusión de críptico mensaje es interesante porque se remite a un hecho incontrastable: la vida en activo del actor político es más perecedera que la de un comunicador. Tal eventualidad se debe a que lo veleidoso de la política convierte en inestable la permanencia del político en el escenario de la cosa pública; habrá quien irrumpe a la acción por tres o seis o más años, pero la generalidad interrumpe pronto su periplo e inmediatamente desaparece. Por su parte, al comunicador le corresponde, describir, narrar, traducir el acontecimiento del entorno político. De allí pudiera colegirse el comentario de López Dóriga: “al tiempo porque creen que llegaron al gobierno para siempre”. ¿Cuánto de eso no se ha visto?