El recuento necesario

Los tiempos de nuestros días lamentablemente no auguran buenos auspicios, para donde volteamos nos acecha una economía deprimida, la delincuencia sin control y una crisis de salud de magníficas proporciones. Peor aún, cuando debiéramos sentirnos unificados por el mismo dolor la emoción política induce elementos de polarización que pone a unos contra otros en un proceso de amenazantes resultados. Pero aún en ese entorno es insoslayable recordar los tétricos resultados de una dramática estadística: ya se contabilizan 200 mil 211 decesos por covid-19 con la amenazante posibilidad de una nueva ola de contagios, en un país cuya letalidad es de 9 por ciento, en contraste con el 2.5 por ciento del parámetro global. Hace un año observábamos cómo Europa se convulsionaba por la pandemia, ya tenemos pruebas de ello; entonces se nos decía que no nos pegaría igual, hay constancia de que lo ha hecho de manera descomunal. Aún con la vacuna puesta debemos seguir las medidas de precaución, aislamiento, cubreboca y medidas de higiene, no hay de otra.