El doctor Hugo López Gatell ha desempeñado intenso protagonismo, y no es para menos porque es el estratega de la lucha contra la pandemia sanitaria, aunque ya vendrá la ocasión para evaluarlo. Pero, mientras, obcecado por su narcisismo profesional, lejos está del refrán “en boca cerrada no entran moscas” pues su mucho hablar lo ubica en riesgo de incurrir en frecuentes desatinos, como asegurar que no hubo necesidad de aplicar medidas coercitivas para evitar contagios porque el “pueblo respondió de manera positiva, apegándose las medidas básicas de higiene en el confinamiento”, aunque sabemos que no es así. Otro más es su aserto sobre la reducción de contagios y decesos en Veracruz con tendencia a la baja, en demérito de la verdad porque nuestra entidad es una de las que más contagios y muertes por Covid-19 aporta a las estadísticas nacionales. Y con esa perspectiva ningún diagnostico conduce a la verdad científica.
