Ante el agobio de las tres fenomenales crisis que asolan a México, la iniciativa presidencial para reformar pensiones en el país viene a ser como bocanada de aire fresco a la clase trabajadora nacional. Destaca el esfuerzo para obtener el consenso entre la clase empresarial, el gobierno y los trabajadores, a quienes no se les incrementa su aportación pues esta orbitará a cargo de la clase empresarial. No varía la edad de jubilación, 60 años, un mayor número de trabajadores podrá acceder a los beneficios de esta nueva ley, las semanas mínimas de cotización pasan de 1 mil 250 semanas a 750. El sector empresarial aumenta sus aportaciones desde 5.15 por ciento a 13.87, por ciento. Esta iniciativa se ventilará, discutirá y en su caso se aprobará en la Cámara de diputados federales, en donde pudiera sufrir modificaciones, pues el arreglo fue con la cúpula empresarial y falta la opinión del sector empresarial más castigado. Se confirma lo expresado por algún avispado observador: “un candidato puede hacer campaña sin los empresarios, pero no puede gobernar sin ellos”.