AMANECER EN PANDEMIA

*Baudelaire en Las flores del mal: “Tengo miedo del sueño como se teme un gran túnel, / repleto de vago terror, camino hacia quién sabe dónde; / no veo más que infinito por todas las ventanas, / y mi espíritu, siempre acosado por el vértigo, / envidia insensibilidad de la nada”. Camelot.

 

AMANECER EN PANDEMIA

 

Volvimos a amanecer en muchas ciudades veracruzanas con el cerco sanitario. Gatell no da una, y entre Gattel y me lames, me quedo con la incertidumbre. Este país lo reinventamos cada día, cuando no es Juana es Chana, las cifras de Gatell no le cuadran y ha aguantado vara, como decía Fox, porque vaya que le ha llovido metralla al güero que noche a noche anda en los canales de las estrellas, y ya lo quieren para una serie televisiva en Netflix, pero de Santo sin mascara. Todos tenemos miedo. Hay que tener miedo del miedo. Es el día que un avión presidencial de la Fuerza Aérea Mexicana, se ignora cuál, pero muchos apuestan que fue el que trajo a Evo Morales de Bolivia, el día que le dieron cuartelazo por andar pasándose de vivillo y dictadorcillo, y ese avión traerá el preso número 9, o al número que le toque a Emilio Lozoya Austin, que viene a cantar no las mañanitas, esas las cantaba el Rey David, viene, según revela el enterado periodista Raymundo Riva Palacio, con grabaciones por 18 horas para empinar a sus jefes, Luis Videgaray, secretario de Hacienda, y Enrique Peña Nieto, presidente de la nación, y a diputados y senadores. Saldrán los cochupos de Odebretch y cómo compraron en abonos chiquitos como Elektra, una planta Agronitrogenados que no valía nada y le dieron a ganar al otro detenido en España, Alonso Ancira de Altos Hornos de México, una millonada en dólares. Se había comentado entre analistas políticos, que AMLO y Peña Nieto habían pactado la entrega y la sucesión. Se rumoró que Peña Nieto le metió zancadilla pura al candidato del PAN, Ricardo Anaya, en aquellos días tormentosos que lo acusaron de haberse apropiado de una bodega y, para cosa insólita, un candidato que debía andar en campaña andaba declarando ante la PGR, por orden de Peña Nieto. Eso siempre se lo agradeció AMLO, y de allí que era intocable. Ahora, han pasado dos años y quizá esa era la fecha pactada, te protejo dos años y luego que Dios te cuide. Lo veremos ahora que llegue este carnaval lozoyista, donde saldrá espuma y rabia en cada una de las declaraciones. Viene como testigo protegido, a salvar su pellejo para empinar a otros más encumbrados, y cuenta Riva Palacio que va a entregar una casa en Lomas de Bezares (como les hacía Miguel Ángel Yunes a los que pudo encontrar)

 

AUN HAY MAS

 

Riva Palacio: “La llegada de Lozoya a México ha levantado muchas expectativas, por creerse que es la piedra angular que descubra la estructura de corrupción en el gobierno de Enrique Peña Nieto, a quien junto con el exsecretario de Hacienda y Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, ha definido como las cabezas de la inmoralidad en el sexenio pasado. Lozoya presentó declaraciones escritas al fiscal general, Alejandro Gertz Manero, para negociar su libertad y la de su familia a cambio de información”. Llegará Lozoya al grito de aquella canción: ‘Yo te aseguro que yo no fui’, por lo pronto llegará bien comido, en avión especial clase VIP, con una edecán sirviendo los alimentos y volver a trepar a los cielos, donde siempre anduvo en suites de lujo y en vuelos privados. Se ignora si a su llegada lo llevan al reclusorio a declarar, o le apliquen arresto domiciliario, porque ya hay un gran pacto en esto, aseguran que va al Hospital Militar, por aquello de Covid. Se ignora si Peña Nieto pisará la cárcel, lo que es un hecho es que sí será llamado a declarar y será la primera vez que un presidente (a excepción de Echeverría, que lo acusaron del asunto del 68, años después), sea interrogado por asuntos de corrupción, donde Peña dejó huella, y era como cantar aquella canción de Bronco: ‘Que no quede huella que no y que no, que no quede huella”. Ni modo, quedaron las huellas.

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